Desde el sector del transporte escolar están terminando su temporada laboral y afirmaron que terminan un año con baja demanda, al 40 o 50 por ciento de su capacidad y apelan a la predisposición de los padres para el 2023. Por otro lado, sostienen que ante la economía variable no se puede proyectar el precio para el siguiente año, aunque estiman sería cerca de los 12 mil pesos.
Así lo manifestó en diálogo con EL LIBERTADOR Pedro Abbas, referente de la Asociación de Transporte Escolar, quien señaló que cuentan con una prestación de calidad, regulados por las normas legales.
«Las proyecciones siempre van ligadas a la economía, la educación ya anunció su parámetro de aumento, los remiseros también, si bien nosotros no somos un servicio ligado a la entidad educativa más o menos nos guiamos por ahí», afirmó.
A lo que continuó diciendo: «Nosotros vamos a esperar que pasen estos tres meses, porque no tenemos clases y no tenemos otro tipo de ingreso y vamos a ver cómo se va desarrollando la economía y el arranque de año. Todos los años se incrementa entre un 20 y 30 por ciento, lo que marca la inflación como para arrancar».
Fue más preciso al mencionar: «Estábamos haciendo análisis en el aire y aproximadamente tendríamos que arrancar en 12 mil pesos, pero no es algo fijo ya que es tan variable todo y eso se puede disparar».
Sostuvo que para el sector mantener el servicio es prácticamente deficitario porque nunca se puede actualizar el 100 por ciento, primero porque no hay la cantidad de alumnos que se esperaba.
«Este año los colegas han trabajado entre el 40, 50, 60 por ciento de su capacidad, o sea no se trabajó al total», reveló.
A lo que añadió: «Nosotros estamos muy ligados a esos factores, vamos a esperar a ver cómo se presenta el año, la predisposición de los padres de tomar el servicio más allá que está comprobado que es bueno porque está controlado por el Municipio».
Por último, nombró que la actividad es perjudicada por vehículos truchos que circulan sin ningún cuidado.
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