El nuncio apostólico de la Santa Sede, rol de embajador de la Ciudad Estado del Vaticano y representante del Papa en la Argentina, monseñor Miroslaw Adamczyk llegará a la ciudad de Corrientes para imponer el Palio arzobispal al arzobispo, monseñor José Adolfo Larregain este miércoles 24 de septiembre, fiesta de la Virgen de la Merced, Patrona Jurada de la Capital correntina, ya que aún no lo recibió tras ser designado sucesor del arzobispo emérito, monseñor Andrés Stanovnik.
¿QUÉ ES EL PALIO
ARZOBISPAL?
El Palio arzobispal es una banda de lana blanca decorada con seis cruces negras, que se coloca sobre los hombros de los arzobispos metropolitanos. Este ornamento, tejido con lana de corderos bendecidos el 21 de enero, fecha de la fiesta de Santa Inés, representa al Buen Pastor que lleva la oveja sobre sus hombros. Además, es un claro símbolo de comunión con el Papa y de servicio pastoral sobre la Arquidiócesis que se le asigne conducir.
SIGNIFICADO
Y SIMBOLISMO
El Palio simboliza la unidad y la comunión con la sede de Roma, es decir donde se encuentra Pedro, el primer Papa designado por Jesús. Es un signo visible del vínculo especial entre el Arzobispo metropolitano y el Papa, así como de su autoridad pastoral sobre la provincia eclesiástica que le ha sido confiada, en este caso la que conforman las demás Diócesis de la provincia de Corrientes y de Misiones, cuya sede recibe el título de Arquidiócesis.
Por otra parte, la lana con la que se elabora el ornamento sacro recuerda el cuidado y la cercanía del pastor con su rebaño, y las cruces negras refuerzan el llamado a la entrega y el sacrificio.
TRADICIÓN
Y CAMBIOS
RECIENTES EN
LA IMPOSICIÓN
Históricamente, el Palio se imponía a los nuevos arzobispos metropolitanos durante la misa solemne celebrada por el Papa el 29 de junio, fiesta de los santos Pedro y Pablo, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Sin embargo, algunas excepciones permitían que el nuncio apostólico o un obispo delegado impusiera el Palio si el arzobispo no podía viajar a Roma.
En enero de 2015, el Papa Francisco, como tantas otras normas que derogó o actualizó para acercar la Iglesia a la gente y hacerla de puertas abiertas, tal lo hizo su propio fundador al crearla, Jesucristo, modificó este rito con el objetivo de resaltar la sinodalidad y la participación de la Iglesia local. Según las nuevas disposiciones, los arzobispos metropolitanos siguen recibiendo el Palio del Papa en privado tras la misa del 29 de junio en el Vaticano, pero ya no se realiza la imposición pública en Roma. En cambio, el verdadero rito de imposición se lleva a cabo en la Arquidiócesis de origen del nuevo metropolitano, presidido por el nuncio apostólico del país, representante del Papa.
Durante esta ceremonia en la sede local, participan también los obispos de las diócesis sufragáneas, las que conforman una provincia eclesiástica, subrayando la comunión y la misión compartida en esa jurisdicción donde peregrina la Iglesia universal. Este cambio favorece la participación activa de la Iglesia local y resalta la dimensión pastoral del ministerio episcopal.
MODIFICACIONES
EN EL DISEÑO
El Palio actual tiene forma de doble «Y» y es semejante al que usaban los pontífices en los últimos siglos. Durante el pontificado de Benedicto XVI, se introdujo un modelo ligeramente diferente, más grande y decorado con cruces rojas, pero posteriormente se volvió al diseño tradicional. El Papa Francisco optó por restablecer el modelo anterior, idéntico al que reciben los arzobispos metropolitanos, reforzando así visualmente el vínculo entre estos y el Papa.
¿POR QUÉ SE
ENTREGA
EL 29 DE JUNIO?
El 29 de junio se celebra la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia y símbolos de unidad eclesial. En esta fecha, el Papa bendice los palios y los entrega a los nuevos arzobispos como signo de comunión y de unidad con él y toda la Iglesia. Posteriormente, el Nuncio Apostólico los impone oficialmente en las respectivas Arquidiócesis.

