Vecinos del paraje El Remanso se reunieron con el Obispo de la Diócesis de Goya para compartir su preocupación por la alarmante erosión que provoca el río Paraná.
Más precisamente en la zona Norte de la ciudad, sus habitantes solicitaron a monseñor, Adolfo Canecín, una reunión para expresarle su inquietud y preocupación por la constante erosión de las costas donde residen.
El encuentro se llevó a cabo en el centro comunitario Obispo Alberto Devoto, con la asistencia de vecinos y miembros del Equipo de Ciudadanía de la Diócesis encabezado por monseñor Canecín, a quienes advirtieron que en los últimos días habrían sufrido las consecuencias de la erosión y el temor que el río, literalmente, se lleve sus viviendas ya que en otras oportunidades a algunos se les derrumbó sus casas por el mismo efecto. El temor también radica por la integridad física de quienes se encuentran en una situación de vulnerabilidad en la costa, en esa parte de la ciudad.
También expresaron los preocupados habitantes que, para evitar los efectos erosivos del río sobre la ribera, desde la Comisión Vecinal se solicitó en reiteradas ocasiones la construcción de escolleras para contener la barranca.
Es por ello que los pobladores invitaron al Obispo a recorrer la costa para mostrarle la situación alarmante en la que actualmente viven y su constante temor de que el agua les lleve sus pocas pertenencias.
En los últimos días, el Paraná registra una crecida sensible y no se debe olvidar que Goya y Paso de la Patria se encuentran en los valles inundables del curso de agua, condición por la que desde hace décadas la población espera las defensas costeras definitivas para evitar los peligros de las inundaciones.
Como una constante por el comportamiento del río Paraná y sus afluentes como el riacho Goya, la costa en ese sector padece desmoronamientos, especialmente cuando se registra el aumento del nivel del agua.
Cabe recordar que hace unos años, después de la emergencia hídrica de 2017, en el Proyecto de Defensas Goya (Prodego) indicaron que el fenómeno es propio del riacho que baña las costas goyanas y esto sucede después de una crecida, ya que con la posterior bajante «disminuye la presión de las correntadas y se producen estas fallas». Para brindar una solución paliativa, por entonces se previó arrojar escombros para contener el derrumbamiento, tal como se realizó poco antes en el paraje El Remanso, donde actualmente, aseguran los vecinos, los riesgos no cesaron.
En aquél momento, el Prodego ya resaltó que las medidas fueron provisorias, «porque ese sector entre las calles Ángel Soto y Agustín P Justo está incluido en el proyecto de las defensas definitivas».
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