El Gobernador correntino no da puntada sin hilo, como la mayoría de los que juegan al nivel que él pretende. En las últimas horas, volvió a mostrar sus dotes florentinos para manejarse en escenarios de catástrofe. Esta vez fue por el atentado contra Cristina Kirchner. Fue el único de los mandatarios provinciales díscolos (del Interior) que adhirió al sorpresivo feriado nacional decretado por Alberto Fernández. Sus pares de Jujuy y Mendoza se mantuvieron del otro lado de la grieta. El ituzaingueño, con un gesto institucional valorado por propios y extraños. Por ver, la reacción puertas adentro de sus correligionarios. En este marco, su inesperado discurso en la Sociedad Española con marcados tintes peronistas.
02-TAPA-POLITICA-3Gustavo Valdés vino atravesando distintas tempestades durante sus mandatos. La pandemia, los incendios, la crisis económica y, en las últimas horas, el intento de magnicidio contra la vicepresidente de la Nación, Cristina Kirchner.
En este último caso, a la clase dirigencial -en principio- le cupo la necesidad y obligación de ofrecer gestos institucionales hacia la ciudadanía.
Si bien, sacarse una foto entre todos los legisladores (nacionales y provinciales), tuitear sus repudios, entre otras acciones no solucionan las problemáticas de fondo que llevaron a este escenario, se tornan un camino necesario para apuntalar un aplacamiento en los ánimos de la política, desde donde muchas veces se generan los peores cruces que ensanchan la grieta.
A la gente, que diputados o senadores se fotografíen (algunos con algún semblante risueño) o que los mandatarios de distintos niveles gubernamentales se expresen a través de la virtualidad, no le ayudará a llegar a fin de mes ni evitará el calvario que devendrá en diciembre, cuando se encuentren con el tarifazo de la luz. Ni qué hablar de las otras escaladas que se dan cada semana en los alimentos, combustibles, etcétera.
Resulta necesario comprender que son gestos necesarios para la institucionalidad. Y lo mejor sería que estos fueran sinceros, para evitar que los «discursos de odio» -eslogan que instaló el oficialismo nacional para politizar la escena, apuntando también contra los medios- se recrudezcan en la opinión pública y se traduzcan en accionares como el del energúmeno atacante de Cristina.
Con todo esto, no son compartimentos estancos las actitudes asumidas por los dirigentes políticos. Una de ellas, que sobresalió en las últimas horas, fue la del Gobernador de Corrientes.
DIPLOMÁTICO Y CON
INTENCIONES INTACTAS
Valdés, desde que se calzó el traje de mandatario provincial no hizo más que certificar títulos de diplomático con modales florentinos. Ya que le tocó entrelazar vínculos con una gestión central contraria a los intereses políticos de la UCR, luego de un interregno poco fructífero del gobierno de Macri.
Tuvo un momento de «enamoramiento político» con Alberto que crispó los ánimos del justicialismo vernáculo, puesto que el Presidente mostró una exuberante predilección con el Gobernador y un ninguneo alarmante con la dirigencia local del PJ, con la que se abrió una grieta nunca cerrada y sí profundizada.
Después, ya con el 76 por ciento entre sus laureles, Valdés redobló la apuesta y se instaló en la mesa chica de la oposición nacional. Lo que se tradujo en un inevitable quiebre de relaciones con el primer mandatario, con sucesivos desplantes, desaires y tirones de oreja a Alberto que le valió la consideración de sus correligionarios, así como de los exponentes principales del PRO.
Desde entonces, el ituzaingueño se maneja con una astucia que sorprendió a propios y extraños. Es más, hasta le valió el rezongo de su mentor, Ricardo Colombi, quien observó que el Gobernador ya planificaba su escalada hacia la primera liga de la política nacional, un escenario en el que se mueve como pez en el agua, consciente de que lo que haga allá tiene su correlato amplificado en el marco provincial, donde lo que viene de otro lado tiene otro valor, algo que nunca supo cultivar su mentor, un jugador nato de cabotaje que aun así pareciera tener resto para sortear una jubilación anticipada que muchos le auguran.
Diferenciándose de Alberto, muchas veces solamente para la prensa, supo tejer un entramado relacional con cada uno de los capitostes porteños, teniendo en Horacio Rodríguez Larreta a su principal socio del ensayo nacional que planifica para 2023, aunque la relación con Macri dista de ser mala. Es que el mandatario porteño fue el único que le ofreció concretamente la Vicepresidencia en la fórmula principal, algo que no trascendió, pero que quedó sobre el tapete.
Mientras tanto, otea el horizonte del sector de Mauricio Macri, así como el de Bullrich, con quienes, como se dijo, nunca se llevó mal, más allá de haberse acercado sobremanera al Jefe de Gobierno porteño.
Y a la vez, no suelta el hilo conductor que sostiene con Nación. Sus vínculos con la Rosada se dan a través de segundas y terceras líneas que tienen llegada directa a Olivos. Evita, por el momento, acercamientos opulentos hacia el Presidente, pero aprovecha las oportunidades para gestionar, más allá de las críticas que cada semana esgrime contra las políticas del Gobierno central.
«Wado» de Pedro, el más influyente de los ministros y, quizás, el único con proyección electoral de cara a 2023, nunca le cerró los teléfonos, al punto de incluirlo en una próxima gira al exterior que hará acompañado de varios mandatarios provinciales.
¿Adhesión estratégica?
Así, no fue un hecho menor lo ocurrido con el feriado sorpresivo resuelto por Fernández tras el ataque a Cristina. Sin anuncios rimbombantes, en plena madrugada de este viernes 2, desde el Gobierno correntino emitieron un comunicado en las redes sociales donde se informó: «Debido al feriado decretado por el Gobierno nacional para hoy, 2 de septiembre, en la provincia de Corrientes no habrá actividad administrativa ni escolar en ningún ámbito».
Mientras tanto, los gobiernos de Jujuy y Mendoza (también radicales) comunicaron que sus administraciones no se plegarían al feriado nacional que anunció el Presidente por cadena nacional que derivó del atentado que sufrió en la puerta de su domicilio Cristina Fernández de Kirchner.
En el caso de Mendoza, el gobernador, Rodolfo Suárez, argumentó a través del sitio oficial del gobierno cuyano que la medida genera «incertidumbre» por «la hora y la forma» en que fue informada por el presidente Fernández. Asimismo, remarcaba que, hasta ese momento -alrededor de las 2 de la madrugada del 2 de septiembre- «no mediaba norma legal que así lo disponga», refiriéndose a que, hasta esa hora, el Gobierno no había publicado el decreto en el Boletín Oficial para ratificar el feriado.
«Se debe trabajar con normalidad, que es la mejor forma de repudio a cualquier expresión de violencia y adhesión a la paz social», remarcó Suárez.
Por su parte, Gerardo Morales, que además es titular de la UCR Nacional, sólo atinó a informar mediante un comunicado: «El Gobierno de la Provincia de Jujuy no tomará medida alguna en el día de la fecha. Este viernes 2 de septiembre, la actividad escolar y administrativa será normal».
De esta manera, Valdés quedó como el único radical que fue políticamente correcto, acompañando una medida que, aunque fue muy cuestionada por la ciudadanía, persiguió la finalidad simbólica de «frenar» por un día para reflexionar sobre la necesidad de proteger las instituciones de la democracia.
Para muchos, un gesto que le habilitará renovar canales de negociación con Balcarce 50 en lo que será el último tramo de 2022, de cara a un 2023 de alto voltaje. La variable legislativa nacional, siempre en medio de los intercambios de favores. Habrá que ver si en estos pactos subrepticios se incluirá la propia figura del Gobernador.
.