Un grupo del PJ local intentó sacar rédito de la convocatoria. Varios otros evitaron participar. En el medio, «faltazo» de los referentes nacionales anunciados con bombos y platillos. Señales de que la normalización partidaria tiene un largo trayecto que transitar. Mientras, algunas líneas confían en que prime la responsabilidad y se dejen de lado las acciones sectarias. Un mar de fondo que pareciera dar para largo.
02-TAPA-POLITICA-16Agustín Rossi, en Corrientes. Solo, en la Costanera Sur este viernes, previo al acto del coqueto salón de avenida Maipú. Apenas acompañado un rato después de Jorge Romero, quien intentó capitalizar toda la movida hacia la denominada Cooperativa del PJ que ofició de anfitriona.
La presencia del ex Ministro de Defensa de la Nación, so pretexto de lanzar Unidos Triunfaremos, en una nueva intentona del santafesino -de mostrar vuelo propio a escala nacional- envalentonó a los mismos de siempre (dicen en el partido de Perón correntino) a querer saludar con sombrero ajeno.
Rossi es un militante del peronismo santafesino, nacido en Vera, que viene de perder la candidatura a Senador nacional en las Primarias y que, aunque enojado con Cristina y Alberto -a quienes no hizo caso- volvió al redil presidencial mientras espera se habilite un lugar en el Gabinete nacional.
Más allá de haber sido Ministro de Defensa y Presidente del bloque de Diputados nacionales hasta que se le pidió un paso al costado para entronizar a Máximo Kirchner, en los hechos Rossi nunca acreditó el carácter de dirigente nacional. Esta falta de experiencia quizás lo haya llevado al error de cálculo de desembarcar en Corrientes, llamada «el cementerio de interventores», sin antes asegurarse que su llegada contribuiría en beneficio del conjunto del peronismo que necesita de gente de afuera que venga a sumar y no a acentuar las contradicciones.
Esta soledad de Rossi antes descripta, reflejó la que padecen los «cooperativistas». «Abrieron las puertas para que entre cualquiera tratando de mostrar gente. Muchos personajes que históricamente rehuyeron del PJ estuvieron haciendo la V y cantando. Un despropósito innecesario». Así lo manifestó un dirigente a la salida del mitin de este viernes 20.
«ESPACIOS» VACÍOS
Es que la jugada se complicó para los que oficiaron de organizadores. Hubo ausencias rutilantes, que fueron anticipadas como presencias rutilantes. Un papelón organizativo que a la postre resultó un boomerang.
«Hubo representación plural y presencia multitudinaria». Así pretendieron informar desde la Cooperativa. Pero lo cierto fue que se comenzó a invitar a mansalva, para desviar la atención en la no presencia del propio interventor del PJ Corrientes, Juan Zabaleta. Así como el faltazo de la legisladora nacional Victoria Tolosa Paz, al igual que el de la titular de la Afip, Mercedes Marcó Del Pont. Ni qué decir de la vicepresidente del PJ Nacional, Cristina Álvarez Rodríguez, exponente directa de Alberto Fernández.
Cada uno de ellos fue anunciado en los flyers que se replicaron por los medios y las redes. Ninguno estuvo. Una ausencia dice más que varias presencias flojas de papeles.
Ocurrió algo parecido con los referentes locales. De los cuatro senadores provinciales, sólo concurrió uno; tres de los diputados, otros tres intendentes, todos los cuales, junto a tres legisladores y un par de intendentes de partidos aliados oficiaron de aplaudidores en una fiesta armada en beneficio de la triada anfitriona.
Un vacío representativo que se agrandó con la no participación de dos sectores preponderantes dentro del partido de Perón: el de La Cámpora y el de Martínez Llano. El sector de Camau, aunque estuvo representado por Martin Barrionuevo y Patricia Rindel, no mostró al propio Senador que prefirió tomar distancias.
Los exponentes K se ocuparon de recorrer el Interior, rehusando a referirse sobre el mitin del viernes ante cada consulta periodística. Uno de los principales exponentes manifestó off the record: «Nosotros somos de La Cámpora, no de esos».
De esta manera, trazó una grieta que pareciera insuperable, por lo menos en términos de acoplamiento total, resignando toda capacidad de fuego sólo a favor de la Cooperativa.
Por otro lado, en Vamos Compañeros desde hace tiempo instan a la dirigencia a pensar en la orgánica. En respetar los procesos vigentes y priorizar las soluciones locales sin la intromisión porteña, reclamando a la Intervención partidaria asuma la responsabilidad de brindar reglas de juego claras a un proceso electoral que pretende desdoblar para facilitar que la legitimación se dé, a nivel de los municipios, sin la injerencia ni interferencia de intereses provinciales o nacionales.
El PJ está intervenido y los normalizadores designados hasta el momento demostraron no estar a la altura de las circunstancias. El caso del chaqueño Sotelo, demostró que no dio el piné dirigencial. En el de «Juanchi» Zabaleta, su rol preponderante de Ministro de Desarrollo Social de la Nación acapara una agenda que un interventor debiera tener como exclusiva. Ya por entonces, Martínez Llano se había anticipado, señalando que quería un interventor de tiempo completo, que no asumiera y se borre. Había propuesto -con el apoyo de Coqui Capitanich y Wado de Pedro- a Aníbal Fernández (hoy Ministro de Seguridad de Alberto) para hacerse cargo de la titánica tarea de encauzar al peronismo provincial. Es más, hasta el ahora funcionario nacional había aceptado el desafío, pidiendo que convencieran al Presidente, quien como en otras cuestiones vinculadas a Corrientes no estuvo a la altura de las circunstancias, en obvia alusión al maridaje que por meses tuvo con Gustavo Valdés, y las idas y vueltas en torno a la EBY, en la que aún tres de los cuatro consejeros pertenecen al macrismo, sin explicaciones lógicas.
SIN LEGITIMIDAD
«INTERIOR»
El tiempo pasó y se llegó a una convocatoria como la de Rossi. Atando con alambre cada detalle. Sólo se expuso la falta de criterio unificador que existe de parte de muchos referentes locales, quienes pretenden imponerse siempre sobre sus compañeros, mostrándose como que corren con el caballo del comisario. Como si con esas demostraciones de relación con figuras como el santafesino le dieran más legitimidad ante la militancia.
Obviamente que, más allá del respeto a la figura del santafesino, está claro que no se trata de un dirigente con peso propio para que de por sí ejerza una influencia determinante en las huestes del peronismo correntino.
Resulta sí el efecto contrario, los militantes y dirigentes del Interior ven con desagrado este tipo de manifestaciones tramposas de poder. No los legitiman, con el consecuente desgano a la hora de trabajar en años electorales para obtener resultados favorables.
El viernes no hubo delegaciones representativas del Interior provincial. Un frío y un vacío, lógico. Y la incómoda situación de aliados que, con el ex vicegobernador Canteros a la cabeza, miraron desde la fiambrera en un rol secundario que los desdibujó. Algo a lo que, con mayor experiencia no se prestó el Intendente de Virasoro, a contrapelo de los exponentes de Proyecto Corrientes o Cambio Solidario.
Así también se advierte otra de las falencias que siempre recalcan desde Vamos Compañeros, en cuanto a que las elecciones se ganan o se pierden en Corrientes. Pero con este tipo de acontecimientos, sólo queda claro que en sectores como la Cooperativa están dispuestos a aceptar las imposiciones de Buenos Aires, siempre y cuando representen un beneficio para su extracción partidaria.
En concreto, otro paso atrás en medio de un camino que el año que viene debiera acelerar hacia adelante, previendo la unidad y la convicción de que en 2025 se podrá ofrecer al PJ como un núcleo de poder capaz de dirigir los destinos de más de un millón de correntinos.
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