Tomará hoy estado parlamentario un proyecto que declara el beneplácito del Senado a la Declaración de Patronazgo espiritual de los 30 pueblos jesuíticos a la Virgen de Acaraguá y Mbororé, patrona de La Cruz. La iniciativa está impulsada por la senadora Carolina Martínez Llano.
Entre los fundamentos, se recuerda que en la localidad de La Cruz (Corrientes) se venera la bendita imagen de las antiguas misiones jesuíticas de Acaraguá y Mbororé, fundada por el padre Cristóbal Altamirano en el año 1630. Esta reducción estuvo asentada primeramente al margen del río Uruguay, en la actual provincia de Misiones, cerca de la desembocadura del río llamado entonces Acaraguá y cerca del arroyo Mbororé.
En el año 1641 se libró la batalla de Mbororé, que fue decisiva para conservar las Misiones frente a los devastadores ataques paulistas que reclutaban esclavos entre los pobladores y destruían sus viviendas, que hasta entonces eran vulnerables por las características de su construcción.
La victoria fue atribuida a la Santa Patrona y por tal motivo tallaron la imagen de la Santísima Virgen con el título de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, que se conserva en la iglesia parroquial de La Cruz. La gran devoción a la Santa Patrona, produjo muchas conversiones entre los nativos.
En el museo parroquial se conserva un armario histórico, tallado a cuchillo, en donde se cree se guardó la imagen durante los ataques bandeirantes, salvándola de la destrucción y del robo.
La primera imagen de Nuestra Señora de la Asunción había sido traída en 1633 de la reducción de Nuestra Señora de Acaray, pueblo que ya no existía, porque sus pobladores se integraron a las reducciones del Paraná.
Cada 15 de agosto la comunidad de La Cruz celebra la fiesta patronal en honor a Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, reconocida como la única advocación mariana surgida en las reducciones jesuíticas-guaraníes.
Al conmemorar un nuevo aniversario de la batalla de Mbororé, queremos recordar cómo se originó la advocación mariana de la Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, y la difusión que en los últimos años ha tenido entre los pueblos actuales de la región de las antiguas misiones.
RELIQUIA
Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé es patrona de la ciudad de La Cruz, provincia de Corrientes. Es la única advocación mariana surgida en las reducciones que se mantiene hasta el presente. Nacida en la frontera de lucha contra los bandeirantes, hoy une a pueblos de ambas márgenes del río Uruguay, de las fronteras de Brasil y la Argentina, que buscan caminos de integración y desarrollo compartido.
El fundador de la reducción de Acaraguá fue Pedro Romero, sacerdote jesuita que estaba en la reducción de Candelaria, vecina a Todos los Santos del Caaró cuando en 1628 ocurrió el martirio de Roque González y sus compañeros. También fue perseguido por los hombres de Ñezú, pero logró salvar su vida. En 1630 el padre Romero se dirigió al Norte de San Javier sobre el río Uruguay, donde, según la crónica de Nicolás del Techo, «halló reunidas 350 familias y que este número podría fácilmente duplicarse; erigió la cruz, nombró autoridades y bautizó los niños».
Así quedó fundada la reducción de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá que se encomendó al padre Cristóbal Altamirano, quien la dirigió durante doce años.
Los informes de esa época refieren el fervor con que los primeros pobladores se preparaban para recibir el bautismo, y cómo cultivaron una especial devoción a la Virgen María: «Acuden a saludarla muy a menudo entre días y a rezarle el rosario, y en todas las ocasiones en que se le da algún culto solemne con extraordinario concurso de suerte que a los indios de las demás reducciones les es de maravilla y ejemplo», dicen las cartas anuas de 1632-1634.
Por su ubicación, se confió a este pueblo la tarea de vigilar el avance de los paulistas, sobre todo desde que se tenían noticias de los preparativos de una gran bandeira para atacar las reducciones. El 25 de febrero de 1641 los centinelas pudieron comprobar la inminente llegada de los portugueses. En Acaraguá ocurrió el primer enfrentamiento, con las avanzadas de los bandeirantes. Cuando llegó el grueso de la expedición, los pobladores se habían retirado a Mbororé, dejando al enemigo perplejo en Acaraguá al no encontrar más que casas desiertas. En Mbororé, en tanto, se preparaban más de 3.000 soldados. El recodo del río fue el lugar donde esperaron a los paulistas para darles batalla; comenzó el 11 de marzo de 1641 y las refriegas continuaron hasta el 16, resultando totalmente derrotados los bandeirantes. El puesto de Acaraguá fue destruido para que no sirviera de refugio al enemigo en su retirada, por ello después de la batalla la población de 1.300 personas se reorganizó en Mbororé.
La victoria fue atribuida a la Patrona y, según la tradición, en agradecimiento tallaron la imagen de la Santísima Virgen con el título de Nuestra Señora de la Asunción de Acaraguá y Mbororé, que se conserva en la iglesia parroquial de La Cruz. La gran devoción a la Patrona, produjo muchas conversiones entre los nativos.
CONTRAATAQUE
DE ANDRESITO
Después de la expulsión de los jesuitas, La Cruz fue uno de los diez pueblos confiados a los franciscanos. En el siglo XIX, se vio afectada como las otras reducciones por el proceso de independencia, con las guerras por la conformación de los nuevos estados y las disensiones internas. En enero de 1817, las fuerzas portuguesas del brigadier Francisco das Chagas Santos ocuparon La Cruz. No encontraron a Andrés Guacurarí, que se había retirado con los pobladores; entonces incendiaron y saquearon el pueblo, pero los cruceños lograron esconder y resguardar la imagen de la Virgen. El 12 de marzo, en un breve combate, Andresito recupera La Cruz y luego los otros pueblos. A mediados de 1817 se reinician las hostilidades. Chagas repasa el Uruguay. La Cruz nunca se despobló totalmente.
Esta advocación, nacida en el fragor de la lucha contra los bandeirantes para consolidar la frontera misional, hoy busca integrar poblaciones de las fronteras de la Argentina y Brasil.
Esta página está ilustrada por dos imágenes de la Virgen de Acaraguá y Mbororé.
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