La jueza en lo Civil, Comercial, Familia, Niñez y Adolescencia con Competencia Administrativa de Santo Tomé, María Dionicia Zovak apoyó la decisión de una madre en situación de vulnerabilidad que inicialmente consideró dar a su hijo recién nacido en adopción y dos días después, junto al padre del niño, manifestaron su arrepentimiento sobre esta decisión.
Como la mujer no fue quien eligió el nombre de su hijo, solicitó el cambio. Este giro en la historia, marcado por el arrepentimiento y la voluntad de cuidar al niño, desencadenó una serie de eventos en el ámbito judicial.
DECISIÓN JUDICIAL
El tribunal, guiado por la perspectiva de género y la necesidad de proteger a personas en situación de vulnerabilidad, tomó medidas para garantizar el bienestar de la mujer, su pareja y el bebé.
Los informes psicológicos y psiquiátricos desempeñaron un papel crucial en la evaluación de la situación, demostrando la estabilidad emocional de la madre y su capacidad para cuidar al bebé. También se resaltó la importancia de preservar la unidad familiar siempre que sea posible, priorizando el interés superior del niño.
El tribunal tomó la decisión de devolver el bebé, pero con el compromiso de que ambos padres iniciaran tratamientos psicoterapéuticos y recibieran apoyo externo para fortalecer su familia. También se permitió el cambio de nombre del niño, reflejando la voluntad de los padres.
CAMBIO DE NOMBRE
En cuanto al nombre su función esencial es permitir transformar un ser sin significación personal en un sujeto con relevancia jurídica, esto es así, ya que el nombre es un elemento que se integra a todos aquellos otros aspectos que conforman la identidad de la persona, en su proceso de construcción de su identidad en el ámbito social, habilitándolo a seguir construyendo su identidad y el modo de individualizarse socialmente, a través de aquellos elementos que la integran, y lo completen.