Las familias correntinas se ven afectadas por la inflación y todos los meses se necesita más: en febrero se requirió de 71.090 pesos para no ser indigente y 161.375 para no caer bajo la línea de la pobreza.
Así lo reveló, en diálogo con EL LIBERTADOR, Silvana Lagraña directora del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) de Corrientes y referente de Libres del Sur Corrientes.
A partir del relevamiento del Índice Barrial de Precios se desprendió que una familia de cuatro integrantes necesitó más de 161 mil pesos para acceder a la Canasta Básica Total (CBT) significando una diferencia de 8.651 en un mes.
Otro dato a destacar es que para cubrir la alimentación básica durante febrero requirió una inversión de más de 71 mil pesos y así no caer en la indigencia. Esto representó un aumento de 8.811 pesos.
«Si se lo compara con la información que difundió Indec, y puntualmente si nos enfocamos en lo local, la inflación de enero a febrero fue de 5,6 por ciento, y en la provincia fue de 7,8 por ciento», indicó.
Agregó que las variaciones generan un gran impacto y provocan cambios de hábitos en muchas familias.
«Lo que más subió de enero a febrero fue la carne en un 20 por ciento y se habla que podría llegar al 40 por ciento. En muchos hogares se dejó de consumir y eso va deteriorando la calidad de su alimentación», indicó.
Señaló también que otro de los rubros que más subieron son las verduras: huevos en 33 por ciento; zanahoria 25, y la leche 14.
REALIDAD
La directora de Isepci sostuvo que como política de Estado, hace falta otros mecanismos como por ejemplo recomponer los salarios.
«Con un sueldo no alcanza y muchos buscan hasta dos o tres empleos para que les alcance», resaltó.
«Hay que posibilitar que los ingresos de las familias aumenten, que el Smvm, jubilaciones, pensiones, asignaciones, etcétera, estén por encima del valor de la canasta básica total», dijo.
Es así que se refirió a que muchas de las estrategias que se plantean están enfocadas en escenarios de Buenos Aires y que no llegan o no resultan a escala local.
as familias correntinas se ven afectadas por la inflación y todos los meses se necesita más: en febrero se requirió de 71.090 pesos para no ser indigente y 161.375 para no caer bajo la línea de la pobreza.
Así lo reveló, en diálogo con EL LIBERTADOR, Silvana Lagraña directora del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (Isepci) de Corrientes y referente de Libres del Sur Corrientes.
A partir del relevamiento del Índice Barrial de Precios se desprendió que una familia de cuatro integrantes necesitó más de 161 mil pesos para acceder a la Canasta Básica Total (CBT) significando una diferencia de 8.651 en un mes.
Otro dato a destacar es que para cubrir la alimentación básica durante febrero requirió una inversión de más de 71 mil pesos y así no caer en la indigencia. Esto representó un aumento de 8.811 pesos.
«Si se lo compara con la información que difundió Indec, y puntualmente si nos enfocamos en lo local, la inflación de enero a febrero fue de 5,6 por ciento, y en la provincia fue de 7,8 por ciento», indicó.
Agregó que las variaciones generan un gran impacto y provocan cambios de hábitos en muchas familias.
«Lo que más subió de enero a febrero fue la carne en un 20 por ciento y se habla que podría llegar al 40 por ciento. En muchos hogares se dejó de consumir y eso va deteriorando la calidad de su alimentación», indicó.
Señaló también que otro de los rubros que más subieron son las verduras: huevos en 33 por ciento; zanahoria 25, y la leche 14.
REALIDAD
La directora de Isepci sostuvo que como política de Estado, hace falta otros mecanismos como por ejemplo recomponer los salarios.
«Con un sueldo no alcanza y muchos buscan hasta dos o tres empleos para que les alcance», resaltó.
«Hay que posibilitar que los ingresos de las familias aumenten, que el Smvm, jubilaciones, pensiones, asignaciones, etcétera, estén por encima del valor de la canasta básica total», dijo.
Es así que se refirió a que muchas de las estrategias que se plantean están enfocadas en escenarios de Buenos Aires y que no llegan o no resultan a escala local.
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