Arden los pastizales en el estero Santa Lucía y la zona de Caá Catí, donde este sábado las llamas con el empuje de las ráfagas de viento intenso que se registran avanzaron hacia la Ruta Provincial N° 5 y el humo anula la visibilidad para conducir en ese sector.
El repentino siniestro preocupa a los lugareños y a Defensa Civil de la Provincia, lo que llevó a asociaciones con presencia territorial, como el Polo Cultural Km0 y la Fundación Idear en conjunto con la Municipalidad a realizar un llamamiento a través de un comunicado.
Respecto al fuego, se potencia por el viento del cual ayer se estimaba que la velocidad osciló entre los 50 y 70 kilómetros por hora, por lo que las llamas que se habrían generado en el estero la noche del jueves, se desplazaron sin control. Pasado el mediodía se reportó que alcanzó la ruta 5, entre General Paz y San Miguel, cuyo humo anula la visibilidad para conducir vehículos.
El jefe de Operaciones de Defensa Civil de la Provincia, Orlando Bertoni, brindó a EL LIBERTADOR un panorama e indicó que los campos «se siguen quemando y ahora va rumbo a Loreto. Son zonas inhóspitas», de muy difícil acceso como todo estero, lo que hace casi imposible el combate a las llamas. «Los bomberos y Policía están controlando, no hay riesgo de viviendas por el momento y obviamente que es de difícil acceso; no hay forma de entrar», insistió el funcionario.
COMUNICADO
Con el título El fuego es una mala noticia, publicó el medio Redes Sociales Caá Catí en su Facebook, esas asociaciones y el Municipio dieron a conocer en la noche del viernes el comunicado en el que exponen: «Manifestamos nuestra preocupación por la magnitud de nuevos incendios que azotan a nuestra zona, en este caso particular al estero Santa Lucía, llamamos al compromiso y conciencia de todos para que no volvamos a vivir una situación catastrófica como la de los veranos anteriores. El fuego no puede volver a Corrientes, no debe ser una opción».
Agregan que «actualmente (una vez más), el estero Santa Lucía se está quemando desde ayer (jueves 20 de julio) y si bien desconocemos su origen, sabemos que está arrasando con varios kilómetros de vegetación de suma importancia para el ecosistema, dentro un Área declarada Clave para la Biodiversidad (Key Biodiversity Áreas (KBA)», un «humedal que forma parte de la región Iberá y que contiene ambientes naturales, fauna y flora autóctona, bosques nativos, etcétera. El panorama no es alentador ya que el viento sopla fuerte en estos momentos, sumado a que se esperan altas temperaturas para los próximos días, en un escenario donde las lluvias no llegan y la sequía se agudiza».
Reiteran que «está ardiendo la vegetación, elemento vital para la cadena alimenticia de los animales que no alcanzan a sobrevivir, mucho de ellos declarados como parte del patrimonio natural de la provincia. Cientos de miles de polinizadores pierden su ecosistema completo y con él la vida (lo mismo sucede con las aves)».
En consecuencia, resaltan que «es necesario profundizar las acciones conjuntas entre el Estado y la sociedad civil para evitar que estos incendios sigan arrasando con nuestra biodiversidad y que volvamos a repetir la misma historia (con más del 15 por ciento de la superficie de la provincia quemada).
URGEN UNA
MESA DE GESTIÓN
En este sentido, proponen «trabajar en una Mesa de Gestión para la prevención y mitigación de esta situación. Convocada por asociaciones y fundaciones (que vienen trabajando en el territorio desde una perspectiva ambiental), y la Municipalidad de Caá Catí», a la cual se pretende integrar para un trabajo en conjunto a los bomberos, la Policía, otros municipios, al Gobierno provincial y nacional, al Poder Judicial, al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), a Parques Nacionales, así como a otras instituciones, grupos, colectivos cercanos a la problemática. Urge reunirse a la brevedad, y convocar para tal fin a la Fiscalía Rural y Ambiental de la Provincia».
«Debemos entender que esta situación crítica va más allá de la sequía, el cambio climático, o la crisis socioambiental. Necesita de acciones concretas para prevenirla, revertirla, subsanarla. La naturaleza no entiende de burocracia, su cuidado no puede esperar (más)», concluyen en el texto.
A la hora de cierre de esta Sección, ya entrada la noche, se mantenía el control de los organismos públicos, especialmente sobre la ruta mencionada.
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