RIACHUELO. «Que no nos sigan jugando», dijo con expresión abatida y con dejo de tristeza uno de los trabajadores detrás del portón de acceso al frigorífico Muralla China, en reclamo de una recomposición salarial, transparencia en los recibos de sueldos y para saber porqué suspendieron a algunos compañeros, además de recibir amenazas de despidos, todo un sello de actuación de los empresarios chinos en cualquier país en que instalen algún emprendimiento, tal como se emitió en un informe especial del canal de televisión France 24.
En la mañana de ayer, el personal de faena realizó retención de servicios porque el lunes uno de sus voceros, según denunciaron ante el móvil de Radio LT 7, recibió una comunicación al mediodía donde le notificaban que no se presente al trabajo por haber sido suspendido, mensaje en el cual no expusieron la causa de esa resolución empresarial.
«Pedimos la intervención de la Secretaría de Trabajo de la Provincia porque vienen, inspeccionan pero no pasa nada», dijo a su momento el propio damnificado, que avanzó en el reclamo por una mejora salarial, ya que cobran 25.000 pesos mensuales y en el recibo de sueldo consta más, hecho que cuestionaron a los responsables de la planta faenadora, y en ese sentido estiman que ese habría sido el motivo de la suspensiones que recibieron algunos. «Y ahora también amenazan que si molestamos nos van a despedir», apuntó.
Esta industria cárnica llamativamente está signada por las crisis, aunque cambien de propietarios y marca, como lo arrastra desde cuando era el frigorífico Tomás Arias, situación que parece renovarse ahora detrás del nombre de Muralla China.
Cabe recordar que las administraciones a cargo de estos asiáticos siguen dando que hablar; sólo basta con hacerlo con los jóvenes que trabajan de cajeros, repositores, limpieza y toda actividad que se les ocurra asignarles a los responsables de los supermercados chinos. Y todo por el mismo precio.
Lo cierto es que según los operarios de Muralla China, suspensiones y amenazas; recibos de sueldos que no condicen con el dinero que reciben en mano, además del salario bajo que no les alcanza para vivir, es un hecho que padecen 80 personas, 50 de las cuales están registradas, en blanco, y los restantes 30 trabajan en negro.
