La tensión y el miedo se instalaron en una vivienda del barrio Colombia Granaderos, donde la mañana se vio alterada por un nuevo y grave episodio de violencia intrafamiliar. Un joven de 33 años, que según sus familiares arrastra un problema de consumo y salud mental, prendió fuego la motocicleta de su expareja, sembrando el pánico entre los suyos, que ahora claman por ayuda antes de que ocurra “algo peor”.
El hecho se registró en una casa ubicada en el cruce de las calles Fragata Hércules y Santo Domingo. Hasta allí llegó el móvil de Radio Sudamericana, donde los restos de una motocicleta Honda Wave de 110cc, calcinada y apagada por la rápida intervención de los bomberos, daban cuenta de la dimensión del ataque.

El terror de la familia
El pirómano, identificado solo como Toledo, se dio a la fuga inmediatamente después de iniciar el foco ígneo. Su expareja y su pequeña hija se encontraban dentro de la propiedad sumidas en un estado shock. La familia vive un calvario constante, según relató la propia madre del agresor.
“Es violento, todo el día molesta”, declaró con la voz quebrada Sonia Aguirre, madre del agresor, a los micrófonos de la emisora. La mujer describió un panorama desolador: su hijo, cuyos «problemas psicológicos» estarían directamente ligados al consumo de estupefacientes, irrumpe, «hace desastres y se manda a mudar».


La motocicleta destruida pertenecía a la expareja de Toledo, quien junto a su nieta reside con la señora Aguirre. El pánico se disparó al conocerse las motivaciones del joven: según su madre, su intención era incendiar la casa completa. “Quiere quemar la casa porque dice que hay alguien arriba”, reveló con desesperación.

«No se puede, es demasiado»
El relato de Sonia Aguirre es un grito de auxilio ante la falta de contención. “Estoy enferma, tengo rabia, no se puede, es demasiado, las 24 horas molesta”, se lamentó, exponiendo el agotamiento físico y emocional de la familia.
La mujer confió que los intentos de buscarle un tratamiento son permanentes, pero infructuosos. «Intente internarlo en una clínica de salud mental por su problema de adicción y no quiere tratarse», aseguró. Lo que más preocupa es la impunidad con la que actúa. La madre indicó que, después de cada incidente, “ahora, pasa todo esto y vuelve”, anticipando que el terror es una amenaza latente que no se irá con el incendio de una moto.
Fotos: gentileza Asociacion Civil De Bomberos Voluntarios Ctes Cap.

