Fue noticia nacional un informe elaborado por la Coordinadora de Entidades Productivas (CEP) respecto a la repercusión económica que demuestra la seca imperante en la geografía correntina.
De acuerdo a los datos aportados, la sequía provoca pérdidas por 130.444 millones de pesos y de los rubros más afectados están el arroz, la citricultura, forestación, yerba mate y la ganadería.
Se trata de una nueva catástrofe que debe soportar el sector productivo provincial, que apenas se estaba recuperando de los incendios de 2022, que arrasaron más de 1 millón de hectáreas. Ahora, si bien la cantidad de superficie devastada por las llamas mermó, gracias al accionar del Gobierno provincial, nacional y distintas fuerzas vivas locales, con la concientización, el equipamiento y la labor articulada, las fuertes pérdidas están siendo arrojadas por la sequía.
Resulta oportuno mencionar que la CEP está integrada por la Federación de Cooperativas de Corrientes, la Asociación de Sociedad Rurales de Corrientes, el distrito 8 de la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, Afoa (forestación), la Asociación de Citricultores de Corrientes y la Asociación de Plantadores del Nordeste Argentino-Yerbateros (Apnea).
SECTOR POR SECTOR
«Durante la presente campaña obtendríamos unas 471.000 toneladas menos de arroz, lo cual multiplicado por un valor estimativo de la tonelada 50.000 pesos, nos da una cifra de 23.550 millones de pesos que estarían ausentes de la economía provincial, con todos los efectos y consecuencias negativas que ello significa», señalaron en el documento respecto de este producto.
Otro dato alarmante lo da el hecho de que en la provincia bajó el área cosechada de arroz de 98.000 a 48.000 hectáreas, unas 50.000 hectáreas menos. Y en volumen se pasaría de 735.000 toneladas a 264.000 toneladas. Una disminución del 64 por ciento de la producción provincial de arroz, lo que da las 471.000 toneladas menos.
La CEP advirtió que «peligra la próxima campaña», 2023-2024, «dada las actuales condiciones de extrema sequía, la delicada situación financiera de los productores, y teniendo en cuenta que el 65 por ciento del arroz sembrado en Corrientes se hace con agua de represa, y las mismas están con baja o nula reserva».
Por el lado de la citricultura, la provincia tiene unas 30.000 hectáreas. Allí, entre pérdida de producción y calidad del producto el quebranto llega a 15.000 millones de pesos, según el relevamiento difundido.
En cuanto a la producción ganadera, con 4.630.000 de cabezas Corrientes tiene el cuarto stock nacional después de Buenos Aires, Santa Fe, y Córdoba. En esta actividad se calcularon pérdidas por 37.000 millones de pesos. De esa cifra, 26.000 millones de pesos son por menos producción de carne y 11.100 millones por la mortandad de hacienda.
En forestación, Corrientes posee 550.000 hectáreas de bosques implantados, un 70 por ciento de pino y 30 por ciento de eucaliptus (ver más en página 9). Es la primera provincia en superficie nacional. Sobre este sector, CEP apuntó: «Dado el marcado déficit hídrico registrado por tercer año consecutivo, las pérdidas económicas del presente período alcanzan los 52.700 millones de pesos, sin considerar afectaciones acumuladas de años anteriores».
Luego alertó: «En el futuro cercano no se percibe un escenario climático alentador, por lo que probablemente esta situación se agravará. En ese contexto, el riesgo a futuro de nuevos ataques de plagas y enfermedades como producto del estrés de las plantas es un factor no menor que se deberá considerar».
Según el trabajo, el área forestal incendiada de este año más la superficie que muestra algún daño por sequía (35.045 hectáreas, según un informe del Inta), representa el 8 por ciento de la superficie forestal provincial. «Si incluimos la superficie afectada en el período anterior, acumulan el 14 por ciento de dicho total», se indicó. El informe remarcó que el costo de reposición de las plantaciones incendiadas en 2023 suma 451 millones de pesos.
En riesgo
Respecto de la yerba mate, la provincia, con 27.000 hectáreas, posee el 30 por ciento del total nacional. En 2022, según el reporte, los productores sufrieron una pérdida de ingresos equivalente a 23.544.453 kilogramos de hoja verde que totalizó $1.649.995.266,24.
Ahora las estimaciones son más desalentadoras. «La situación climática es más grave que la del año anterior, la sequía sigue evolucionando y las precipitaciones no aparecen en volumen y distribución homogénea. Debido a ello, hace 3 años que los productores vienen invirtiendo en nuevas plantaciones, reposiciones e incremento de densidad, pero hasta la fecha en general las pérdidas llegan en algunos casos hasta el 80 por ciento de la inversión, lo cual desalienta seguir realizando las mismas, estimándose como promedio una pérdida para este año del 50 por ciento respecto a nuevas plantaciones o reposiciones realizadas en 2022», señaló.
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