La sesión del Senado de este jueves demostró que tanto en ECO como en el Frente de Todos hay «mar de fondo», cuando junio está a la vuelta de la esquina. Es natural. Se juega mucho, de un lado y de otro, y nadie duda que se jugará fuerte al momento de las definiciones dentro de menos de un mes, cuando se integre la grilla legislativa donde en esta elección se juega mucho más que las propias candidaturas.
La aletargada integración de la mesa directiva del cuerpo legislativo que Carolina forzó, en este mes, dejó en evidencia las diferencias en ambas bancadas. No en vano pasaron cuatro meses.
Con todo, lo que más quedó en evidencia fueron los chisporroteos que hay en la UCR, los cuales se intentan solapar con una profesionalidad que el peronismo no pudo mostrar. El encargado de aplacar estos chispazos oficialistas en el recinto fue Ricardo Colombi. Lo hizo con una jugada maestra que combinó dos resultados beneficiosos para su línea partidaria.
Resulta más que conveniente recordar que la elección de autoridades de la Cámara alta debió concretarse el 30 de noviembre, como lo establece la Constitución; sin embargo, los pleitos entre los radicales obligaron a que uno de ellos, Diógenes González mocionara una prórroga -rechazada por parte de la oposición (en la voz de Carolina Martínez Llano), la cual se extendió hasta este jueves 24, cuando la senadora peronista advirtió que llevaría el tema al recinto para votación, tal lo venía advirtiendo desde semanas atrás, aunque siempre tratando de que ello no sea visto como una intromisión de la interna radical, donde se cuida de guardar un delicado equilibrio.
Ya en la sesión anterior, la Senadora justicialista exigió que se cumpliera con el mandato constitucional y se cubrieran las vacantes, reclamando además que, en la cúpula de Senadores, se asegurara la representación femenina. Algo que fue apoyado por su par radical, Alejandra Seward.
Es oportuno también tener en cuenta que, ambas legisladoras ya supieron manifestarse el año pasado respecto a la Ley de Paridad de Género, a la que señalaron como con «sabor a poco», puesto que la normativa limitó su implementación en el ámbito parlamentario, sin asegurar siquiera su aplicación en otras órbitas gubernamentales, ni en caso de reemplazo de bancas o a la misma integración de las vicepresidencias en ambas cámaras.
Con este escenario, se supo que la pelea interna en la UCR que evitó en noviembre cumplimentar con el requerimiento normativo, y en las primeras sesiones ordinarias de este año, incluía un capítulo más en la «guerra fría» entre ricardistas y valdesistas.
Se supo, que este último espacio oficialista proponía al ex intendente de Mocoretá, Henry Fick, para ser parte de la mesa directiva, mientras los alineados al espacio del mercedeño no estaban convencidos.
Al no encontrar consenso y al observar que tampoco se alcanzaba una fumata en el justicialismo, Ricardo Colombi actuó con la experiencia de un viejo lobo de los mares políticos.
Al concretarse el pedido de Carolina de que se procediera a tratar un tema que, como el Vicegobernador lo advirtió, no estaba en el orden del día, terminó sorprendiendo a propios y extraños al ser él mismo quien propusiera a Fick y -yendo aún más lejos- a la propia legisladora del PJ, quien ante la negativa del bloque dejó en claro que, si era para asegurar el lugar del peronismo y la presencia de la mujer, no tenía pruritos como para proponerse ella misma.
Colombi, rápido de reflejos, le alivianó la tarea, más allá de que la Senadora, incluso perdiendo tenía el propósito de que la cuestión se tratara, y quedara de manifiesto la posición de cada uno de sus pares.
De ahí también el pedido de aclaración de Noel Breard, que pidió se dejara constancia de cómo habían sido los números de la votación, a lo que el Vicegobernador aclaró que había sido unánime. Con ello, quedó en claro que a la hora de la verdad la bancada del PJ terminó alineándose.
De esta manera, el titular de la UCR logró los dos réditos políticos señalados anteriormente. Por un lado, anticipó el planteo de alguno de sus compañeros de bancada, no alineado a su «ismo», y fue el quien mocionó a favor del ex Intendente de Mocoretá. Por el otro, y de inmediato, hizo lo mismo con Carolina de modo de dar una patina institucional a una decisión que se cocinó a fuego lento durante cuatro meses, y que se aceleró por la pertinaz insistencia de la legisladora peronista, que consideró necesario dar el debate en el recinto y ver si quienes se oponían a que la paridad de género sea una realidad estaban dispuestos a levantar la mano en sentido contrario.
Con ello, Colombi impidió que sus contrincantes internos coparan la parada con la propuesta, y acotó la capacidad de resistencia del justicialismo, ya que, al instalar a Carolina, a la vez aseguró la paridad de género reclamada tanto por el PJ en la voz de la ahora Vicepresidente segunda del Senado como por la UCR.
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