Solidaridad, profesionalismo, formación, vocación, entrenamiento y compromiso son algunas de las palabras que describen a los bomberos voluntarios de la Argentina. El 2 de junio de 1884 se sentaron las bases del primer Cuartel de Bomberos Voluntarios en el barrio porteño de La Boca; así se describe en Google sobre esta fecha en la que se celebra, por aquel hecho, el Día del Bombero Voluntario en la Argentina.
Un rosario de palabras que igual parecen insuficientes para expresar la gratitud y reconocimiento que toda la sociedad les prodiga y les debe por su decisión de vida, vida modelo para imitar en todas las otras tareas que le compete a cada persona de buena voluntad.
Una de esas expresiones debe ser gravada en el bronce de la memoria agradecida, cuando en el año 2022 el fuego arrasó un 10 por ciento del territorio provincial, por mencionar un caso, que además se cobró la vida de uno de esos servidores voluntarios, sí, voluntarios, de la comunidad. Y vaya en la memoria y homenaje de José Luis Mombaj, de 38 años, empleado municipal y voluntario en el Cuartel de Yapeyú, también para otros que la perdieron en sus misiones.
En ese sentido, cabe resaltar sus entregas cuando alguna necesidad lo demanda, las que no siempre son expuestas como lo merecen, pero por suerte, algunos saben visibilizarla. Y vale aquí un ejemplo de hace sólo una semana, que amerita difundir.
La localidad de Santa Rosa también recibió el azote del temporal, especialmente el martes pasado, y desde Caá Catí, en el medio de comunicación Redes Sociales, en su Facebook, se publicó una nota que firma el comunicador Ramón Sosa, en la que textualmente manifiesta:
«Párrafo aparte:
Día lluvioso y muchos aprovechamos para pasear con los dedos por las redes sociales. Otros, oportunistas, se desangran buscando destacarse en sus mañosas maneras de politiquerías criticando a los que están, olvidándose que fueron parte y sin ocultar sus ganas de volver o querer ser.
Otros en cambio, hoy se mojaron hasta la parte más oculta de sus humanidades.
Van aquí testimonios en imágenes de Bomberos Voluntarios de Santa Rosa, localidad en la que llovieron más de 200 milímetros desde la madrugada.
Según me contó el comandante Arnold Servín, por más de 8 horas salieron a ponerle el cuerpo y el alma a la situación.
Enterados que desde el Municipio no daban abasto, salieron en 2 dotaciones a desobstruir los canales de desagües para que escurran las aguas que ya se habían apoderado de muchas casas, especialmente humildes. Y andaban de aquí para allá, de donde los llamaban.
Recién, después de las 16 volvieron al Cuartel para merendar, mejor dicho, para almorzar.
El Comandante me dijo ‘la situación está fea, queremos hacer mucho más pero no damos más, aunque vamos a seguir’.
Y siempre fueron así con su comunidad. Siempre ayudando. Con cuerpo y alma. Sin nada a cambio. Porque, simplemente son buena gente.
Como todos los bomberos, a los del Cuartel 411 de Santa Rosa (Corrientes), más allá de la humildad, ¡les sobra corazón!».
Eduardo Hernández
Comunicador Social, diario EL LIBERTADOR.