Luego de muchos años de desaparición, los yaguaretés volvieron a caminar libres por los esteros del Iberá, gracias al invaluable trabajo realizado por la Fundación Rewilding y el Gobierno de la Provincia.
En Loreto, uno de los portales de acceso al Iberá, los vecinos empezaron a notar esa presencia tan anhelada como se informó a principio de septiembre: huellas de yaguaretés en calles y caminos cercanos a la localidad, restos de carpinchos que fueron presas del depredador y otras señales de que ya rondan la libertad del monte correntino.
A raíz de esta situación, en la localidad realizaron una charla informativa para despejar dudas respecto a los cuidados y precauciones a tener, para cuidar tanto a los yaguaretés como a los humanos, organizado por la Asociación Maitei, que nuclea a los prestadores de servicios turísticos de Loreto, y Fundación Rewilding.
En la ocasión, el director científico de Rewilding a nivel nacional, Emiliano Donadío encabezó la charla en el Colegio Secundario de la localidad. En la misma, participaron tanto miembros de la comunidad educativa, con sus estudiantes, docentes y directivos, como demás vecinos loretanos. Todos los interesados podían acudir libremente.
Al respecto, el referente de Maitei, Horacio Matarasso comentó, en diálogo con EL LIBERTADOR, que «aparecieron no se sabe si uno o dos yaguaretés que empezaron a dejar huellas en las casas de los alrededores del pueblo, en San Sebastián, en San Antonio». Agregó que se avistaron cada vez más huellas y restos de carpinchos que confirmaron la presencia de ejemplares de yaguaretés en la zona, lo que fue confirmado desde Rewilding.
Matarasso expresó que, si bien en el pueblo esto generó mucha alegría, también empezaron a circular algunas preguntas al respecto. «Desde Maitei organizamos una reunión con la gente de Rewilding, para que la gente pueda canalizar cualquier duda», comentó y agregó que participarán estudiantes, docentes y el resto de vecinos interesados.
El principal énfasis de la charla, continuó, es resaltar que no existen grandes riesgos de la presencia de los animales en la zona, sino que, al contrario, se trata de un impacto más que positivo para el ecosistema y el sector turístico de la zona.
«Es el trabajo de años que se viene haciendo desde Rewilding con la Provincia, que empieza a dar frutos», indicó.
RESPONSABILIDAD
La Asociación Maitei compartió las conclusiones con las que la comunidad loretana se quedó tras la charla: «El yaguareté no es peligroso para el ser humano, salvo que se sienta atacado por éste; el yaguareté puede beneficiar mucho más a la comunidad en lo económico que otra actividad, por medio del turismo; necesitamos proteger la población de carpinchos y fauna silvestre para garantizarles alimento; proteger al yaguareté es nuestra obligación y responsabilidad. Es un logro enorme que podamos vivir su resurgimiento en el Iberá».
Se trató de una charla iluminadora y con la que se concientizó sobre los cuidados a tener y la obligación de la población de ser responsables para contribuir positivamente con el ambiente.
Un proyecto de escala continental
En la Semana del Clima que se realizó hace sólo días en Nueva York, y coincidente con la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un grupo de organizaciones dedicadas a la conservación de la naturaleza presentó el más ambicioso proyecto de restauración ecológica de gran escala en Sudamérica: Jaguar Rivers o Ríos del Yaguareté, del cual la Fundación Rewilding Argentina es una de las cuatro organizaciones creadoras del proyecto, junto con Onçafari, Brasil; Nativa, Bolivia y Fundación Moisés Bertoni, del Paraguay.
Como informó EL LIBERTADOR en la edición de este domingo 28 de septiembre, Jaguar Rivers Initiative (Ríos del Yaguareté) es un esfuerzo transnacional para restaurar y reconectar ecosistemas naturales en el corazón de Sudamérica. En una visión de 20 años hacia el futuro, la iniciativa se propone crear un corredor protegido de vida silvestre de escala continental sobre la cuenca del río Paraná, uno de los sistemas de agua dulce más importantes del mundo, hogar de una naturaleza exuberante y millones de personas. Y el yaguareté, depredador tope y especie en peligro de extinción, es el símbolo de todo lo que esta iniciativa busca proteger.

