a actividad comercial de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) sufrió un nuevo revés en julio, mes en el que las ventas cayeron un 2 por ciento a precios constantes en comparación con el mismo período del año anterior. La contracción fue todavía más acentuada en la medición mensual desestacionalizada, con un descenso del 5,7 por ciento frente a junio.
Este escenario es el reflejo directo de un consumo limitado por factores económicos persistentes, como el endeudamiento de los hogares, el acceso restringido al crédito y el aumento general de los costos operativos que enfrentan los locales comerciales. Para los consumidores, la consecuencia fue una mayor planificación del gasto, con un claro foco en productos de primera necesidad y compras de bajo monto.
Frente a esta demanda debilitada, los comerciantes desplegaron un abanico de estrategias para sostener la actividad. Las promociones, los descuentos agresivos y la oferta de cuotas sin interés fueron las herramientas más utilizadas para incentivar las ventas y mantener el flujo de clientes. Aunque el cobro del aguinaldo y el turismo invernal generaron un movimiento comercial puntual, no lograron alterar la tendencia general.
A pesar de las dificultades del mes, el balance acumulado de los primeros siete meses del año ofrece una perspectiva más alentadora. En ese período, las ventas minoristas Pymes acumulan un crecimiento interanual del 7,6 por ciento, lo que demuestra la resiliencia del sector. Esta dualidad, entre un presente adverso y un pasado reciente positivo se refleja en el ánimo de los empresarios.
Cuando se les consultó por su situación actual, la mayoría (57,9 por ciento) indicó que se mantuvo igual que el año anterior, aunque un considerable 30 por ciento afirmó que empeoró. Sin embargo, la mirada está puesta en el futuro: casi la mitad de los encuestados, un 49,2 por ciento, cree que la situación de su negocio mejorará de cara al próximo año. Solo un 10,1 por ciento, una cifra que creció respecto al mes anterior, se mostró pesimista.
El desempeño de julio no fue homogéneo, sino que dejó un mapa de resultados muy diverso entre los distintos rubros relevados. Tres sectores lograron cerrar el mes con cifras positivas.
Perfumería lideró las subas con un avance del 1,8 por ciento, aunque los comerciantes señalan que sigue siendo un producto no esencial y que la presión de los costos fijos es un factor determinante en la operatoria.
El rubro Farmacia también creció, con un alza del 0,9 por ciento, sostenido por una demanda estable propia de la temporada invernal y la persistencia de enfermedades respiratorias. El consumo se orientó hacia medicamentos esenciales y genéricos, mientras los pequeños comercios apuestan por la atención personalizada para competir con las grandes cadenas.
Alimentos y bebidas tuvo un leve crecimiento del 0,4 por ciento. En este sector, se destacó la búsqueda constante de precios bajos por parte de los consumidores en un entorno económico que los comerciantes definen como incierto, con dificultades para trasladar los aumentos de costos al precio final y márgenes de ganancia muy reducidos.
En el otro extremo, cuatro rubros finalizaron con caídas. La mayor retracción la mostró Bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles, con un descenso del 6,7 por ciento. Si bien hubo un leve repunte en artículos pequeños para el hogar, en el segmento de muebles se mantuvo la cautela y una alta dependencia de las ventas financiadas para concretar operaciones.
El sector de Textil e indumentaria registró una importante caída del 5,1 por ciento. Los comercios del rubro señalan que debieron reducir sus márgenes de ganancia y sostener promociones para mantener un volumen de ventas muy afectado por la pérdida de poder adquisitivo y la creciente competencia de plataformas de venta online internacionales con precios más bajos.
Para Calzado y marroquinería, la baja fue del 2,5 por ciento. La estacionalidad de las vacaciones de invierno y el uso de tarjetas en cuotas actuaron como incentivos, pero no lograron compensar el impacto de los mayores costos operativos y una menor circulación de personas en las zonas comerciales en comparación con el mes anterior, que tuvo el impulso del Día del Padre.
Finalmente, el rubro de Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción tuvo una caída del 1,9 por ciento. Su desempeño se vio condicionado por el endeudamiento de los consumidores y la falta de circulante, lo que llevó a que la demanda se concentrará en reparaciones puntuales o productos básicos, manteniendo las grandes obras privadas en niveles muy reducidos.

