El Gobernador no dudó en referirse a su intención respecto a un proyecto que sus propios correligionarios «freezaron» el año pasado. «Voy a apretar fuerte para que salga», aseguró. El ricardismo hizo pesar su estructura parlamentaria, sofocando distintos intentos que se tradujeron en una andanada de iniciativas oficialistas similares, tendientes a atender un tema demorado en Corrientes, así como el voto joven. Esta declaración (¿de guerra?) hará mella en la UCR, donde además se aguardan definiciones orgánicas que marcarán el rumbo para 2025.
«Voy a apretar fuerte para que salga la ley de paridad de género». La aseveración le correspondió nada menos que a Gustavo Valdés. La hizo en una entrevista con el programa de radio Continental, que conduce María Mercedes Vázquez, en el que el Gobernador remarcó la temática largamente adeudada y reclamada institucionalmente por sus propios laderos, y más incluso, por el justicialismo.
Resulta oportuno señalar que son varios los proyectos sobre paridad de género que esperan ser tratados en la Legislatura, un par de ellos fue impulsado por el propio mandatario provincial. Desde 2018 (en 2020 arremetió), intenta sin resultados positivos a la vista.
«No puede ser que no tengamos la Ley de Paridad de Género. Me da vergüenza que Corrientes no tenga la Ley», manifestó sin medias tintas el Gobernador.
Esta expresión no es casual. Valdés aún recuerda la maniobra tejida por los propios legisladores radicales que, por pertenecer al núcleo de Ricardo Colombi, obstaculizaron el avance en las comisiones de análisis.
Es que desde el ricardismo sostienen una mirada quisquillosa sobre la temática, considerando que no se trata sólo de repartir equitativamente cargos, sino que es necesario pensar en los méritos de cada quien, más allá de su género, entre otras cuestiones. Lo mismo ocurre con otra iniciativa «freezada», la del voto joven. Desde dicho sector argumentan cuestiones administrativas, legales y operativas que condicionan su aplicabilidad.
Lo cierto es que, además, hay latente una interna feroz entre los correligionarios.
A la vertiente ricardista, le apareció el «valdesismo» que, hace un par de años, con una gobernación a cuestas, cumplida con creces, y una reelección que ya se veía como inevitable comenzaron a pedir pista.
Primero, el ala radical que responde al Gobernador, así como algunos aliados, mostraron los dientes en diferentes reparticiones gubernamentales. En muchas de ellas, fueron «oxigenadas» de ricardistas. Y con la misma tesitura se negoció y negocia cada poltrona parlamentaria de ambas cámaras.
Por el momento, el de Mercedes viene sosteniendo en bastón de mariscal. Pero está al caer la renovación de autoridades radicales. El próximo 24 de abril deberán elegir y allí se verá aún más la tensión en los de Alem. En días más, se exhibirán los padrones provisorios y a fin de mes se realizará el cierre de presentación de las afiliaciones.
Ricardo Colombi capitanea el partido con su hábil muñeca, pero detrás asoma un Gobernador que ya no puede ir por otro mandato y tiene ganas de continuar manejando algunos de los hilos del círculo rojo local. Más allá de que Valdés tiene alguna que otra oferta para acompañar al PRO en la contienda nacional del año que viene, también es cierta que el ituzaingueño no quiere soltar la batuta, así como así.
Por ello, la paridad de género servirá de ensayo pugilístico para ver hasta dónde están dispuestos a ir los jugadores del bloque radical, quienes quedarán en una encerrona en la que deberán elegir algún bando.
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