Diciembre es un mes de muchas celebraciones y marcado consumo en vistas a las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y frente a esa situación desde la ONG Correntinos por el Cambio Climático proponen que las compras compulsivas de este tiempo se realicen con una mirada responsable apuntando al cuidado ambiental.
«La idea es abarcar mucho la problemática de que a la gente le agarra la locura de que quiere comprar todo. Ante ello, queremos lograr que ese consumo sea consciente», explicó en diálogo con EL LIBERTADOR, Guido Paparella coordinador de la Red de Emprendedores Sustentables.
A ello agregó: «Planteamos una alternativa, queremos dar a conocer que la gente puede encontrar regalos, productos con visión del cuidado del medio ambiente, artículos que tienen un trabajo atrás, no es sólo marketing y vender un producto, sino tienen un trasfondo de responsabilidad socio ambiental muy fuerte».
Detalló que el objeto que llega al consumidor no tiene un impacto negativo tan elevado a comparación de un producto que se puede comprar en cualquier tienda normal.
Es por ello que el domingo 11, de 17 a 22, en Casa Iberá Pellegrini 501 feriantes expondrán sus producciones que pueden convertirse en el regalo ideal para esta Navidad.
Se podrá encontrar de todo un poco, ropa hecha con materiales reciclados, cosméticos naturales no testeados en animales, artesanías, libros y agendas con materiales reutilizados. Para los niños habrá juguetes elaborados con madera, didácticos y de estimulación.
PRECIOS
En cuanto a los costos, el referente de la Red aseguró que habrá precios muy accesibles.
«Capaz hace diez años todo lo que era productos ecológicos como no estaban tan comercializados, eran más caros, hoy se han vuelto precios muy competitivos y en muchos casos terminan siendo más económicos que las alternativas que se conocen porque son artesanales, locales y que ya el hecho de que no se tiene que traer un producto de Buenos Aires, ya lo hace más conveniente».
Respecto al crecimiento de la visión responsable, explicó que la gente siempre descubre cosas nuevas.
«La gente se da cuenta de que todo lo que se llama residuo y lo tratamos de basura termina en el sanitario o basural, se le puede dar una vuelta de rosca y convertirse en un producto nuevo y así no desperdiciamos recursos», indicó.
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