Norma Bruno es escritora y eterna aprendiz de la vida. Este año, tuvo el lujo de ser galardonada a través del reconocimiento Mujeres que Hicieron Cultura. Solo participaron las artistas que se consideran que contribuyen día a día a la identidad correntina desde hace años.
IMPRONTA
De voz cálida y con un sentido del humor aceitado, Norma le escapa a la formalidad. Se presenta como una escritora autodidacta y hasta por momentos parece sorprenderse de sus propios éxitos. Al ser consultada sobre cuál considera que fue su obra más importante respondió: «Cada uno de mis libros tiene una historia y un por qué. Son como los hijos, todos son importantes. No puedo decir cuál es mi favorito».
OFICIO
Entre sus obras se encuentran: Preludio de vida, un ensayo publicado en 2003; Sincronía de ensueño, un texto de Ciencia Ficción que vio la luz en 2004; Vuelos de pájaros, donde la escritora incursionó en la literatura infantil en 2012. Luego de eso, en 2013, llegó Milagro de la Cruz, otro cuento dirigido a la niñez, en 2014 le dio lugar a la poesía a través de Odas al alma; en 2016 le dio espacio a otra de sus pasiones: la gastronomía, mediante un libro de cocina llamado Regionales correntinas y en 2017 publicó una obra del género terror bautizada como Payés, Poras y Otras Hierbas.
La escritura es una pasión en la que encontró su lugar y no la dejó ir más. «Es un gran honor ser escritora. De todos los géneros que toco, el fin fundamental es la evolución del ser humano».
REINICIO
Un hecho en su vida la impulsó a volcarse a las letras de forma decidida. Esto ocurrió después de separarse de su ex pareja. Durante el proceso de duelo, Norma se abocó a leer un libro que suele impulsar a quienes se animan a zambullirse en su historia personal. A través de la lectura de Mujeres que aman demasiado, recordó que entre los consejos finales que brinda la autora recomienda animarse a escribir. Entonces, ella fue y lo hizo.
Así se desarrolló parte del diálogo con la escritora:
¿Cómo te nació pensar en la escritura?
-Antes de separarnos durante un tiempo hicimos terapia de pareja, como para salvar la cuestión. Allí, el terapeuta nos mandaba a hacer ejercicios de escritura y de teatro. Hasta que una de esas tareas me inspiró y el psicólogo, luego de leerla, me dijo: «Deberías dedicarte a escribir». Cuando me separé lo recordé y me impulsé: ‘Bueno, voy a hacer eso’. Es una actividad de la que nadie puede vivir, pero realizarla me da un placer muy grande.
En el 2000, y casi de casualidad publiqué un libro que parecía un ensayo. Lo hice para no entrar en depresión a raíz de la separación. Allí volqué todo, fue como una especie de catarsis para mí.
Es obra recién estrenada tuvo muchísimos reconocimientos, me respaldaron muchas personas. Pegó fuerte, ahí me envalentoné y no paré. Así fue que decidí perfeccionarme; empezar a mejorar porque me di cuenta que la escritura era lo mío.
CORAJE
Al ver que muchos hacían poesía, Norma busco por otros «lares», al respecto expresó: «Me tiré a los cuentos fantásticos, me gusta probarme a mí misma».
En la actualidad, forma parte de la sede correntina de la Sociedad Argentina de Escritores. Donde acude a un taller con el fin de continuar perfeccionándose y aprender de sus compañeros. Cada vez que algo la moviliza y la impulsa a desarrollar una nueva obra ella investiga. Se toma el tiempo en entender sobre lo que va a hablar, ya sea en cuanto a la temática, el género o la historia.
¿Qué es lo que más te gusta del proceso de escritura?
-Disfruto mucho pensar cuál es el mensaje que voy a transmitir y para dónde voy a ir. Cada libro y su título tiene como trasfondo una experiencia movilizante para mí. Yo soy sobreviviente de cáncer, cuando estaba en una de las etapas más críticas y sabía que me iba a morir, me entregué. Entonces, presté atención a las dedicatorias en los sepelios y pensé: «Quiero escuchar todo eso ahora, estando viva». Así fue como le pedí a mucha gente que escriba como si yo ya hubiera partido. Todo eso lo puse en un libro y cuando estoy triste lo vuelvo a leer. Son pequeños mimos para mí.
¿Cómo te ves en el futuro?
-Voy detrás del Carpe Diem. A todos siempre les digo: «No deben tener rencor por el pasado ni angustias por el futuro. Hay que vivir el presente, no hay nada más lindo que eso». La gente a veces se hace problemas por todo y el punto está en agradecer lo que uno tiene.

