Trascendidos de ayer dieron cuenta de una medida digitada por el ministro de Economía y precandidato presidencial, Sergio Massa, con el objetivo de recaudar aproximadamente 2 mil millones de dólares, tendientes a robustecer la enclenque reserva del Banco Central ¿Cómo lo haría? Darán un nuevo valor al «dólar agro», que incluye a las economías regionales, el girasol, el sorgo y la cebada.
La iniciativa perseguirá un doble objetivo. Por un lado, que las compras al exterior sean más caras y que el Central no tenga que desprenderse de parte de sus pocas reservas con un tipo de cambio considerado por el mercado y el FMI como muy atrasado, como expresa la alta brecha cambiaria. Y, por otra parte, reforzar los ingresos fiscales tras el desplome de recaudación que tuvo lugar como efecto de la sequía.
Las medidas se anunciarían hoy, mientras, en paralelo, una misión de funcionarios de Economía negocia con el FMI en Washington la recalibración del programa vigente con el organismo. Y dentro de los varios temas que se debaten con el Fondo, éste pulsea por una devaluación del peso que en la oficina de Massa juzgan inviable políticamente en campaña. Por ello, medidas como el encarecimiento de algunas importaciones buscarían, así, cumplir de manera parcial con ese reclamo del organismo.
Si bien aún no se conoce a qué monto ascenderá la divisa diferencial, referentes de la producción y la agroexportación rechazaron esta posibilidad.
Uno de los que habló fue el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, quien advirtió el mecanismo actual «trajo más perjuicios que beneficios». Otro fue Gustavo Idígoras, referente aceitero, al igual que Diego Yabes, presidente de la Cámara Argentina del Maní.
«Lo de antes trajo
más perjuicios»
Diego Yabes, presidente de la Cámara Argentina del Maní reconoció que aún no cuentan con información fehaciente y detallada de lo que pueda anunciarse desde Economía. Aunque se ocupó de advertir que «si es como lo que hicieron la vez pasada, la verdad que fue complicado. Si va a ser más simple y de implementación directa, puede servir. Pero esperaría para ver de qué se trata. Nosotros por ejemplo estamos complicados con el tema del pago de fletes que es un tema que no resuelven», dijo. Yabes remarcó que «la versión anterior trajo más perjuicios que beneficios y generó situaciones de competencia entre las empresas que adhirieron de las que no». «Fue muy complicado por todas las restricciones que ponían y, sobre todo, que nuestro ciclo de exportaciones y cobranzas no nos permitía adherir, salvo que consigas financiamiento externo ¿Quién le presta a una empresa argentina? ¿O que tu proveedor te adelante dinero?», planteó.
«Genera distorsiones»
Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro Exportador de Cereales también opinó con reparos sobre el nuevo dólar. Apuntando a que la Argentina aplique «un tipo de cambio unificado y que sea competitivo para el sector». «Estos sistemas transitorios generan muchas distorsiones de mercado y perjudican normalmente a la exportación, más allá de generar perjuicios en todas las cadenas de valor», aseveró. «Entendemos que en la Argentina se atraviesa una realidad macroeconómica muy compleja y muy difícil, pero lo mejor es tratar de hacer esfuerzos para buscar mecanismos de normalización de las condiciones del mercado», explicó Idígoras.
«Desequilibrios»
Una perspectiva crítica del campo ante esta iniciativa la dio Pino, quien sentenció: «Este tipo de medidas deja al descubierto los desequilibrios macroeconómicos de nuestro país». El titular de la SRA sostuvo que «si hay un nuevo dólar diferencial, seguiremos con parches que benefician a algunos y perjudican a otros», considerando que «las medidas tienen que ser generales y beneficiar a todo el sector».
.