Integrantes del Escuadrón 57 de la Gendarmería interceptaron a un sujeto que era intensamente buscado en Santa Fe por un caso de doble homicidio y se encuentra vinculado a una organización criminal que opera desde Rosario. El procedimiento se realizó en horas de la tarde del jueves, en el marco del operativo de control y vigilancia de fronteras, sobre la Ruta Nacional N° 14, en jurisdicción de Santo Tomé.
En ese contexto, y con la información de presuntos movimientos del implicado desde la ciudad de Corrientes hacia el Interior provincial, los agentes intensificaron los controles sobre los transportes públicos de pasajeros que transitaban por la zona, todo ello debido a que tenían los datos de que el individuo viajaba en un ómnibus de una reconocida empresa.
Fue así que, minutos después de las 20, el personal del control de ruta fijo Cuay Grande frenó la marcha de un colectivo de larga distancia, a la altura del kilómetro 669. Así, constataron que el itinerario del vehículo tenía destino final a La Cruz, y entre los pasajeros identificaron a un hombre que, en primera instancia, se reportó con el documento de otra persona.
Ante esa situación, luego de cotejar las características físicas y los tatuajes del implicado, constataron que se trataba de Hernán Ismael Cabrera, quien se encuentra prófugo de la Justicia y cuenta con un pedido de captura activo.
En ese sentido, los funcionarios de la fuerza nacional procedieron a la detención de Cabrera y lo pusieron a disposición de la Fiscalía Regional de la Segunda Circunscripción de Rosario, dependencia desde la que se dispuso la aprehensión del acusado, en carácter de incomunicado, y su inmediato traslado hacia la ciudad santafesina.
CRIMEN
El 1° de octubre del año pasado, aparecieron los cadáveres de dos jóvenes de apellidos Valenti y Molina, de 18 y 22 años. Los cuerpos se encontraban en las inmediaciones de un camino rural de Pérez, una localidad santafesina, junto a un automóvil marca Volkswagen Surán, el cual estaba con las puertas abiertas.
Todo se habría dado en medio de una disputa entre narcotraficantes. El crimen habría ocurrido en forma de venganza, ya que los asesinos estaban casi convencidos que una de las víctimas fue partícipe de la ejecución, de 32 balazos, de otro narcotraficante de la zona.
Tanto Brian Molina como Dylan Valenti se trasladaban en el auto de Molina. Medios locales resaltaron que el vehículo fue escoltado por otro automóvil y una moto. Al llegar al lugar, los asesinos obligaron a bajar a las víctimas del rodado y los ejecutaron.
En la escalofriante escena, además, hallaron un cartel que tenía escrito «con la mafia no se jode», con el dibujo de una corona. Molina fue encontrado con un disparo en el pecho y dos en la cabeza; en tanto que Valenti recibió dos balazos en el pecho, uno en la zona del rostro y otro más en la cabeza.
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