Mientras el flamante campeón sudamericano de salto en alto, el correntino Carlos Layoy no pudo superar su altura inicial de 2.14, durante la fase clasificatoria, Elián Larregina estuvo cerca de su récord nacional de los 400 metros llanos, aunque sin poder acceder a semifinales, en el marco del segundo día de competencias del Mundial de Atletismo que se disputa en Budapest, Hungría.
En salto en alto, Layoy, oriundo de Paso de los Libres, estaba incluido en el grupo B, pero marcó nulo sus intentos de 2.14. La marca de corte era 2.28, que fue superada por todos los favoritos, incluyendo a los campeones olímpicos Mutaz Essa Barshim (Qatar) y Gianmarco Tamberi (Italia), protagonistas de la épica final de Tokio.
También con esa altura pasaron nombres como el estadounidense JaVaughn Harrison, el nipón Ryoichi Akamatsu y el coreano Sangyeok Woo.
«No fue un buen día, para mí es un baldazo de agua fría. No tengo excusas, vine a pelear la clasificación por un lugar en la final. Siento una mezcla de decepción y tristeza porque estaba para mucho más, pero así es el deporte», dijo con tono autocrítico Layoy en contacto vía Whatsapp desde Budapest con EL LIBERTADOR.
Su desazón se entiende perfectamente, ya que no estuvo fino el salto inicial de 2,14 con el que arrancó la prueba no debería haber representado inconvenientes para el, que llegaba nada menos que con una marca realizada un par de semanas atrás en San Pablo, Brasil, de 2,23 con la que se consagró campeón sudamericano.
Igualmente, para poder acceder a la final, Layoy estaba obligado a superar su récord argentino de 2,25, por tres centímetros, ya que el corte estaba fijado en 2,28.
«Por unos días va a durar este trago amargo, pero no voy a bajar los brazos, porque luego me pondré a trabajar en vista a los Panamericanos de Chile a fines de octubre», sentenció Layoy, que tuvo su segunda experiencia mundialista, ya que el año pasado fue 21º en Eugene, Estados Unidos, con 2,21 metros.
En tanto, el otro argentino que estuvo en pista ayer fue Elián Larregina -reciente subcampeón sudamericano- debutante absoluto en este nivel. Y se convirtió en el primer argentino en clasificar para un Mundial en una de las pruebas más exigentes de la programación como lo son los 400 metros llanos. Su marca de 45.42 en la segunda serie -donde llegó 5°- lo dejó cerca del récord argentino que venía de establecer hace pocas semanas en Koortrijk (Bélgica) con 45.34.
Tuvo así la oportunidad de competir junto a los mejores especialistas del mundo. Su serie fue ganada nada menos que por el recordman mundial y campeón olímpico de Río 2016, el sudafricano Wayde van Niekerk, quien marcó 44.57, seguido por otro de los favoritos, el británico Mathew Hudson-Smith (44.69). El tercer puesto fue para Liemarvin Bonevacia, un neerlandés procedente de las Antillas, quien marcó 44.78, quedando cuarto Busan Kebintashipi, de Botswana, con 44.80.
La marca de corte para acceder a semifinales estuvo en los 45.24. En total, 17 velocistas bajaron de 45 segundos, algo inusual para un primer turno. El mejor tiempo correspondió al noruego Havard Bentdal Invaldsen, cuyos 44.39 representan el nuevo récord de su país. Los 44.57 de van Niekerk fueron la segunda marca y la tercera, los 44.65 de Steve Gardiner (Bahamas), campeón olímpico.
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