La Catedral de Goya celebró el pasado miércoles 8 la misa en adhesión a la 9ª Jornada Mundial de Oración y de Reflexión contra la Trata de Personas.
Participaron la jueza federal Cristina Pozzer Penzo, jefes policiales, representantes de las fuerzas de seguridad e integrantes del equipo de Infancia Robada acompañados de las Hermanas Carmelitas Misioneras Teresianas.
Monseñor Adolfo Canecín recordó que esta fecha es muy significativa en la memoria litúrgica, elegida por Santa Josefina Bakhita, la religiosa africana que cuando era niña sufrió la dramática experiencia de ser víctima de la trata.
En su homilía, dijo que la trata de personas «es una realidad tan dura y a la vez tan cercana» y afirmó que «a veces no hacemos caso, pensamos que está lejos, pero es más cercana de lo que imaginamos».
Llamó a «acercar esta realidad para concientizar» y asumir el compromiso de «visibilizar, obrar y comprometernos a luchar contra esta ‘lacra’ tal cual lo llama el Papa Francisco».
CORAZÓN
CORROMPIDO
Aseguró que depende del «corazón del ser humano» porque si el «corazón está sano va a descubrir una hermana o un hermano en el otro ser humano», pero si «el corazón está enfermo, la otra persona es un peldaño que yo piso para trepar o uso y lo descarto».
«Usan para enriquecerse, dando paso a la idolatría del dinero y, es eso, lo que lleva a esclavizar a tantas personas», señaló.
CONCIENCIA Y
COMPROMISO
Remarcó que es importante tomar conciencia de la dignidad de cada ser humano que viene a este mundo y «poder acercarnos con los pies descalzos como Moisés frente a la zarza ardiente a cada ser humano».
«Al decir pies descalzos equivale a decir la palabra respeto, porque, cada ser humano es sagrado, es único e irrepetible», precisó.
En esta jornada, invitó a la oración para pedir por «las mujeres, niñas y niños, engañados con falsas promesas que quedan atrapados en la prostitución y en las redes de trata de personas» e insistió «que las autoridades se ocupen y preocupen de este grave problema de la trata de seres humanos, que lo hagan con la responsabilidad que se requiere».
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