«Las brujas no existen, pero que las hay, las hay». Eso dicen los que saben cuando un hecho extraño escapa a toda explicación racional. Y en este punto entran a jugar experiencias de todo que nadie puede explicar. Es lo que pasa, por ejemplo, en las inmediaciones a una laguna del Interior correntino cuya forma particular despertó todo tipo de especulaciones de las que nadie tiene certeza.
Se la conoce como La Herradura y está ubicada casi a dos kilómetros y medio de la localidad de Mburucuyá. El nombre Pypytera, en guaraní, se lo debe a una extraña elevación en su centro que le da la forma del elemento de campo ¿Qué tiene de particular este espejo de agua? Que la rodean extrañan historias, pero la más conocida deviene de la reacción que parece provocar en los animales que pasan cerca.
El docente, gestor cultural y secretario de Turismo mburucuyano Ramón «Topeka» González relató a EL LIBERTADOR que pasan cosas raras cerca de La Herradura. «Dicen que los animales cuando están en la zona se ponen nerviosos y no quieren arrimarse a la laguna. Y que si uno anda a caballo por ese lugar, el animal se altera y mira desconfiado en dirección de la Pypytera», dijo.
ORIGEN DESCONOCIDO
«Parientes de antiguos habitantes que vivieron cerca del lugar, como Don Nicanor Alfonzo, por ejemplo, decía que sus antepasados le contaron que una vez algo brillante cayó del cielo y se hundió en el lugar. Y que después, ese mismo punto del impacto se llenó de agua», comentó Topeka, haciendo referencia a una creencia de que el origen desconocido de la laguna podría encontrarse en el espacio.
Lo cierto es que al ser prácticamente imposible saber con ciencia cierta cómo es que se formó el espacio natural, la imaginación puede aportar varias opciones. Sin embargo, Topeka también cuenta una particularidad que es evidente en esa laguna.
«Con los períodos de sequía, el lugar se seca. O sea que hoy, por ejemplo, no se vería agua allí, pero sí la forma elevada del terreno en esa parte. Después, cuando vienen los periodos de lluvias, la laguna vuelve a aparecer. Y lo que llama la atención es que, con sequía o con lluvias fuertes, el terreno y la forma no cambian», describió.
REMOTO
Para llegar hasta La Herradura, quien desee conocer el misterioso espejo de agua debe prepararse para la aventura. La laguna está en una zona de montes campo adentro que es de difícil acceso.
«Este lugar se encuentra a unos quinientos metros de lo que se conocía como el antiguo Camino Real, que iba de La Yerba a Paso Aguirre, también conocido como «Originalito». Se debe salir de este ex camino y tomar una dirección Oeste, luego de cruzar unos montes y recién allí se encuentra uno con La Herradura», detalló.
Sobre si el mito o estas creencias del lugar trascendieron las fronteras y llamó la atención de algún visitante, el docente mencionó que una vez llegó un hombre de Norteamérica. «Era un canadiense que vino a recorrer el Parque Provincial. Le contamos esta y otras historias y prometió volver para conocer los lugares de los que le fuimos contando. Pero esto fue antes de la llegada de la pandemia. Con las restricciones, creo que ya no pudo volver», relató.
Por lo que contó el docente, tampoco quedan muchas personas que, de verdad hayan tenido una experiencia de primera mano con el extraño lugar. Pero sí son varias las que coinciden en contar el mismo relato, porque se los relató mucho antes.
«La Pypytera sigue existiendo, por las dudas pasamos lejos de ella porque a los misterios se los respeta ¿Para qué desafiarlo si a nadie molesta?», dice «Topeka» dejando abierta la pregunta y vivo el interés por el extraño lugar en medio de los montes.
LA VALIOSA TAREA DE RECUPERAR LAS CREENCIAS POPULARES
Como docente, González sabe perfectamente cuál es el valor de la palabra oral. Lo reconoce y dice que es una de sus grandes pasiones. «Hablar con la gente, que te cuente sus experiencias, las cosas que le pasaron, las cosas que le enseñaron es una forma enriquecedora de mantener vivas nuestras hermosas tradiciones», dijo. Es por eso que siente como una obligación el rescatar historias olvidadas para transmitirlas a más personas y que también las conozcan.
«Topeka» tiene un programa radial al que nombró precisamente Reliquias de mi Pueblo, y en el que hace lo que más le gusta: compartir las historias desconocidas de Mburucyá. Así también se llamará su primer libro, en el que, a modo de un archivo cultural presentará todos los relatos que fue recogiendo a lo largo de los años.
Para quienes quieran ver un adelanto, en su cuenta de Facebook Topeka González, se pueden leer y ver imágenes de su valioso archivo.
EL CASO DEL EXTRAÑO SER QUE HABITA EN SUS AGUAS
Otra de las historias que recuperó el docente durante sus recorridos por el pueblo, es la del misterioso estero en cuyas aguas descansa «algo» que hipnotiza a los animales.
«De estos relatos hay muchísmos en el campo. Lo de La Herradura es uno solamente, pero muchos, por ejemplo el de un estero que está cerca de uno de los caminos que antiguamente conectaban con el Camino Real en la época de la colonia. En las aguas de ese lugar se dice que hay algo que nadie vio y que sin embargo, es como hipnotiza o embruja a los caballos», contó.
«Lo que dice la gente que tuvo esa experiencia es que cuando se llega a caballo y se avanza por las aguas, en seguida el animal comienza a seguir algo que está bajo la superficie. Pero es algo que el jinete no alcanza a ver. Y por más que tironeen del animal, este no les hace caso. Eso cuentan. A lo mejor es un pez o algo por el estilo, pero de que hay varias personas que cuentan lo mismo, las hay», completó.
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