Un policía identificado con el apellido Sedano, que prestaba servicios en la Comisaría 5ª de Goya, atropelló y mató ayer a un perro sobre una calle de esa ciudad. El hecho quedó grabado por una cámara de seguridad y la secuencia se viralizó en cuestión de horas. Al repudio generalizado por el acto de crueldad contra el animal se sumó el reclamo por una pena mayor para el Cabo primero, de quien se supo, iba a ser trasladado a una dependencia de la localidad de Chavarría.
«Abogados y proteccionistas nos informaron que lo trasladan en vez de retirarlo de la fuerza. Se sacan un problema y mandan un asesino a Chavarría. Este fue un acto de abuso, de crueldad, de perversión», remarcó a EL LIBERTADOR, Analía Gómez, presidente de la Asociación Civil Conciencia Verde Corrientes.
Resaltó también la gravedad del hecho, por tratarse de un funcionario público que, además, emplea un patrullero para matar al animal. «Él que es quien tiene que resguardar la ley, y sin embargo es que la está infringiendo. Y lo peor es que lo hace con total alevosía y contra alguien que está en inferioridad de condiciones. El animal no sabe de las leyes de tránsito. No le costaba nada esperar un poco a que se salga del camino», enfatizó.
PRUEBAS
Gómez reconoció también, que lamentablemente la cuestión del maltrato y crueldad hacia los animales, es algo cotidiano. En el caso particular de los arrollamientos intencionales, mencionó que tienen en contra el hecho de que, por lo general no se tienen las pruebas. «No son grabados o no hay testigos. Nosotros sabemos de varios casos que ni siquiera se denuncian porque no hay pruebas y muchas veces, la gente tiene más empatía por la persona que por el animal», dijo.
Sin embargo, no es lo que ocurrió con el policía de Goya. «Acá es distinto, porque quedó muy demostrada su alevosía en el video. Él no puede decir que el perro se le metió. Actuó de tal manera que provoca la muerte del animal. Es grave por eso y porque encima es un agente de policía, en funciones y lo atropella con el patrullero», agregó.
También anticipó que van a pedir que la sanción sea mucho mayor que un sinple traslado.
«Los actos de crueldad a los animales son delitos contra la sociedad. No hay que permitir este tipo de hechos, porque ese animal no merecía morir así. Nosotros no merecemos vivir en una sociedad así de violenta. Por todo eso, pedimos, solicitamos y exigimos que sea puesto en disponibilidad y que sea imputado por los delitos de crueldad animal y los agravantes», reclamó.
La proteccionista insistió finalmente, en el grado de violencia ejercido contra la vida, en este caso, de un animal.
«Son los ejemplos que uno da a la sociedad. Y también está el daño moral psicológico a una familia, porque ese perrito tenía dueños. Si bien, la Ley 14.346 que pena los malos tratos y actos de crueldad contra los animales, tiene penas leves, nosotros vamos a buscar que se eleven esas penas como corresponden, teniendo en cuenta los agravantes», completó.
Importancia del lenguaje
La presidente de esta ONG, que se dedica a la defensa de los derechos de los animales no humanos, a la protección del medio ambiente y la justicia social, quiso dejar en claro una cuestión importante en cuanto a este tipo de delitos. «Es un gran error calificar de maltrato este hecho. La ley lo considera un acto de crueldad. Exigimos su pase a disponibilidad e imputación por crueldad animal», publicó en su cuenta de Facebook.
Consultada sobre esta aclaración, dijo: «El lenguaje también tiene su importancia». Tal cual explicó, lo que hizo el policía fue un acto de crueldad y no de simple maltrato y supone una pena mayor. «El hecho de comunicar esto como se ayuda a que la gente tenga real conciencia del delito y la gravedad. El perro no se le metió frente a la camioneta. Fue el policía el que lo atropelló con total alevosía», remarcó.
En el artículo 3, inciso 7 de la Ley 14.346, esto está tipificado de modo preciso. «Serán considerados actos de crueldad: lastimar y arrollar animales intencionalmente, causarles torturas o sufrimientos innecesarios o matarlos por sólo espíritu de perversidad».
Tanto la sociedad, como este tipo de organizaciones de defensa de los animales, quedan a la espera de que se modifique la sanción.
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