Este medio lo anticipó en la edición del 15 de noviembre. Cuando los analistas apuntaban a cómo reaccionaría la Vicepresidente frente a la derrota en las elecciones del 14-N, EL LIBERTADOR remarcó la importancia de ver cómo actuaría la Corte, y anticipó un fallo de alto impacto que se conoció ayer. No sólo habrá un nuevo equilibrio en la relación de fuerzas dentro del Consejo de la Magistratura, sino que además la Corte recupera poder al pasar su Presidente a ser el titular del Consejo con la posibilidad que si hubiera un empate de 10 a 10, el Presidente del Alto Tribunal pueda desempatar. En las últimas horas Alberto Fernández volvió a abogar por la ampliación del número de miembros de la Corte, que actualmente es de cinco. Los antecedentes muestran que el número con que mejor ha funcionado el Tribunal es con cinco, más allá que la imponente mesa de acuerdos tiene diez poltronas. Un proyecto del ex diputado nacional Rodolfo Martínez Llano en la Cámara baja y uno de la ex senadora Cristina Kirchner llevó a que la Corte, luego de haber llegado a nueve, se reduzca nuevamente a los cinco que actualmente tiene.
16-CONTRATAPA-2La Corte anuló este jueves la reforma del Consejo de la Magistratura que Cristina Kirchner ideó en 2016 para darle mayor gravitación a la política en el organismo que tiene un papel clave en la designación y remoción de jueces.
El fallo del máximo tribunal implica una derrota total para el Gobierno y especialmente para la Vicepresidenta. Se regresa al viejo esquema de veinte miembros, se exigen mayorías de dos tercios para nombrar y destituir jueces y el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, es repuesto como presidente de la Magistratura.
Además, se estableció un plazo perentorio de cuatro meses para que se incorporen a los nuevos miembros, mientras el Congreso se tome su tiempo para dictar una nueva norma que contenga estos cambios.
La decisión vuelve a poner al sistema judicial en el centro de las decisiones del Consejo de la Magistratura y en especial a la Corte Suprema, que con la presidencia del órgano recupera juego. Con un agravante para la Casa Rosada: el presidente de las dos instituciones más importantes de la Justicia es el santafesino Rosatti, que llegó al cargo pese a la oposición militante del Gobierno que apostó a un regreso de Ricardo Lorenzetti, no casualmente el único juez que no acompañó el fallo.
Desde hace más de una década que el máximo tribunal debe decidir sobre la integración de la Magistratura que en 2006 se redujo de 20 miembros a 13, en una decisión que consolidó el poder en el organismo de los representantes del Congreso y el Poder Ejecutivo. En su último período como presidente de la Corte Ricardo Lorenzetti hizo varios llamamientos públicos y privados para que «la política» se encargara de saldar las diferencias, pero no tuvo éxito.
En 2006, durante la presidencia de Néstor Kirchner, Cristina impulsó un proyecto para reducir la influencia de la Justicia en el Consejo y aumentar el peso específico de la política.
Equilibrio es el concepto clave que la Corte buscó reinstalar con su fallo. El diseño incorporado para la creación del Consejo plantea cuatro estamentos con similar capacidad de influencia. Además del sillón del presidente de la Corte, la ley 24.937 le da a la corporación judicial 4 lugares para jueces y 4 para abogados. El Poder Legislativo tiene 8 sillas, el Ejecutivo una y el mundo académico otras dos.
La intención de los constitucionalistas fue que ninguno de los estamentos que componen al Consejo «pueda llevar adelante acciones hegemónicas o controlar al Consejo por sí y sin necesidad de consensos con otros estamentos».
Desde la Corte consideraron que con la composición impulsada por Cristina le daba al estamento político preeminencia sobre los demás: con seis legisladores y un representante del Poder Ejecutivo la política puede asegurarse quórum propio y tiene mayoría simple, aunque los representantes de la oposición no suelen votar con el oficialismo.
El Gobierno sabía de la inminencia del fallo del máximo tribunal y por eso semanas atrás desde Casa Rosada anunciaron que enviarían al Congreso un proyecto que sumaba cuatro representantes por fuera de la política a los 13 miembros que actualmente integran el Consejo. Pero, detrás de esa supuesta concesión, el proyecto le sacaba al máximo tribunal la presidencia del organismo, algo que tenía originalmente.
Es por eso que la Corte dio un plazo de cuatro meses para que dos abogados, dos jueces y un académico se incorporen el Consejo. Si transcurrido ese período no se vuelve al equilibrio anterior, los actos del Consejo no tendrán validez. El fallo también exige que con el regreso de la vieja composición las designaciones y remociones de magistrados se hagan con dos tercios de los consejeros presentes.
Además, el máximo tribunal obliga al Congreso a discutir una nueva ley de integración del Consejo «en un plazo razonable», algo que agrega una dificultad para el oficialismo.
El Gobierno mantiene una puja con la Corte y nunca logró encausar la relación con Horacio Rosatti y con la mayoría que logró construir el actual presidente del máximo tribunal. Una mayoría que se vio reflejada en el fallo de ayer, que lleva las firmas de Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz.
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