El Ministro de Economía dio la nota ayer, cuando por Twitter hizo pública su dimisión del cargo. Lo hizo mientras la Vicepresidente se manifestaba durante un acto peronista en Ensenada, en contrapunto por el «reto» que el Presidente le había dado este viernes. La salida del nunca bien ponderado titular de las finanzas dejó a la mesa chica albertista sin una pata de sostén. Un tambaleante andar de una gestión que pareciera no tener las coordenadas para llegar a buen puerto. Mientras, se barajan nombres para reemplazarlo. También están los que analizan la escala jerárquica de sucesión presidencial.
02-POLITICALa crisis en el Gobierno central alcanzó ribetes inconmensurables. Fue un sábado caótico para la Nación. Es que en la misma jornada se observaron dos hechos que reflejaron la problemática latente en la gestión. Por un lado, Cristina Kirchner, respondiendo al desafiante discurso que expresara un día antes (este viernes 1) Alberto Fernández desafiándola por el uso de la birome. Por el otro, conforme se desglosaba la retórica de la Vicepresidente, Martín Guzmán, anunciando su renuncia a través de las redes sociales.
Un cimbronazo de 9.9 en la escala de Richter que esmeriló aun más la enclenque gestión de un Presidente que se ocupó de buscar pleitos -para muchos- sin una estrategia sólida. Así se transitó la jornada de ayer. Dentro del albertismo, soportaron los cachetazos del discurso de Kirchner desde Ensenada, durante el acto en homenaje a Perón. Y además debieron, mientras dejaban de estar groguis por los sopapos verbales, enterarse de la eyección de Guzmán.
El ahora ex Ministro redactó una extensa (para estos tiempos virtuales) carta en la que ensayó un discurso conciliador, pidiendo «un acuerdo político» para sostener a quien vaya a ocupar su sitial. Pero no sólo habrá que cubrir esos huecos, también el de los secretarios de su equipo. Algunos que también se fueron, eran muy influyentes en las negociaciones entrelazadas con el FMI.
Guzmán fue el más cuestionado de los albertistas. Siempre la idea del cristinismo fue apuntarle y mellarle la capacidad de maniobra. Fue uno de los primeros señalados como «funcionario que no funciona», dicho expresado por Cristina que causó la primera purga del Gabinete de Alberto.
En Balcarce 50 sostienen que el por entonces titular de Economía, le había pedido al Jefe de Estado más control sobre el tablero de decisiones durante el transcurso de la semana. Tal vez por ello fue que el Presidente emprendió un derrotero plagado de errores no forzados (ver página 3). Ayer, finalmente, le informó que se iba, como un hecho consumado. Fue minutos antes de hacer pública su misiva.
El momento que eligió el funcionario para dar a conocer su decisión, en tanto, fue peculiar: cuando publicó su carta en Twitter, Cristina Kirchner estaba promediando su discurso desde Ensenada, con nuevas críticas al rumbo económico y al por entonces Ministro.
Guzmán, entrelíneas, dio a entender que la falta de respaldo político venía obstaculizando fuertemente la gestión económica y demorando las medidas que él quería implementar.
La decisión del saliente Ministro tomó por sorpresa a muchos de los funcionarios del Gabinete y de los dirigentes del Frente de Todos, ya que muchos de ellos se encontraban en la platea del acto en Ensenada. Cerca de Sergio Massa, aseguraron que el titular de la Cámara de Diputados se encontraba en la cancha viendo a Tigre cuando se conoció la noticia. Massa viene reclamando un reordenamiento estructural de la mesa chica, sintiendo el rigor de La Cámpora, desde donde se tejen estrategias para quitarlo de la escala de sucesión.
Desde Ensenada, sin cariño
La Vicepresidente realizó su propio acto en homenaje a Perón. Fue en Ensenada, donde respondió a la crítica de Alberto sobre el uso de la birome. «En la Secretaría de Trabajo, Perón cazó la lapicera y no la largó más», expresó en clara respuesta al primer mandatario. Así, desglosó una serie de medidas que tomó el líder del movimiento para diferenciarlo del actual Presidente. «Esto es lo que Perón decía: la conducción y el amor del pueblo es en base a los hechos. Es importante que entendamos la mecánica de la construcción del poder del peronismo ¿Por qué fue atacado Perón? Porque usaba la lapicera en favor del pueblo», concluyó Cristina.
La crisis es política y de confianza
La gravedad del cuadro que enfrenta el país obliga a entender que, antes de analizar nombres, es prioritario recomponer un núcleo de conducción política que genere credibilidad y sustentabilidad al nuevo equipo, de modo que las medidas que se tomen sean asimiladas tanto por los mercados locales como internacionales, sorprendidos por el agravamiento de la crisis.
Como es natural, se echaron a rodar nombres. En los hechos, nadie con galardones y trayectoria podría aceptar el cargo sin que antes se recomponga la autoridad presidencial y se elimine la idea del doble comando que mella la confianza.
Ni el Presidente, ni su Vicepresidente por sí pueden resolver un problema delicado que tiene en vilo a la Nación.
Se impone una tregua para acordar nombres y un programa de gobierno acorde a la profundidad de la crisis.
Después de muchos dimes y diretes, el Ministro de Economía se terminó yendo y lo hizo de manera no ortodoxa, al sorprender con un anuncio vía Twitter en medio del discurso de la Vicepresidente.
El interrogante pasa por saber hasta dónde el Presidente puede sobrellevar este golpe que se sucede a la salida traumática del ministro Kulfas.
Desde influyentes sectores se habla que a la salida de Guzmán podría sumársele la del propio Alberto, y hasta de la posibilidad de anticipar las elecciones presidenciales.
La promoción de Sergio Massa como eventual jefe de Gabinete y gerente del nuevo equipo económico -que podría sumar a Álvarez Agis y Martin Redrado en el Banco Central- no soslaya otro aspecto central que pasa por el corrimiento de la Presidencia de la Cámara de Diputados que lo ubica en la línea de sucesión presidencial.
Con Massa fuera de ella, podría elucubrarse en lo que sucedería si finalmente Alberto resuelve irse a su casa, y Cristina desiste de hacerse cargo de la Presidencia. La salida de Massa abriría -en este caso- el juego a la ley de acefalía, poniendo en la marquesina a quienes por imperio de dicha ley están habilitados para asumir la responsabilidad de conducir los destinos del país.
En este contexto, las horas que se viven son definitorias. Algunos apuestan a un feriado cambiario y bancario para el inicio de la semana, hasta que alumbren las decisiones que a esta altura exceden al propio Presidente y obligan a movilizar a la alianza gobernante en búsqueda de acuerdos más sostenibles frente a una situación crítica que nadie desconoce.
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