Patricia K se define a sí misma como alguien que no se queda quieta y que lleva en el corazón la frase: «el saber no ocupa lugar». Desde una pasión por el dibujo que nació en su infancia y fue alentada por su madre, hasta una exitosa carrera como maquilladora profesional y docente. Su vida es un testimonio de perseverancia y constante aprendizaje, incluso cuando el destino la llevó por caminos inesperados.
l interés de Patricia K por el arte empezó desde que era pequeña a través del dibujo y su madre siempre fue su principal fuente de motivación.
Sin embargo, las limitaciones económicas de su juventud impidieron que estudiara en ese momento. Años después, ya de adulta, logró cumplir ese sueño al ingresar al Instituto Superior Josefina Contte donde obtuvo el título en Técnica en Artes Visuales.
PENDIENTE
Antes de dedicarse plenamente al arte, vivió un capítulo de 20 años en Buenos Aires. Por el deseo de su madre de que tuviera un título, y ya casada con un hijo, decidió estudiar despachante de aduana. Aduana.
MAQUILLAJE
El giro hacia el maquillaje surgió tras el nacimiento de su segundo hijo. Estando en Buenos Aires decidió que tenía que aprender a maquillarse bien. Se inscribió en un instituto con la simple intención de aprender a maquillarse para el día a día. Sin embargo, una de las jefas le sugirió: «¿Por qué no haces el de maquillaje profesional y aprendés a maquillar a otros?». Viendo la sinceridad de la recomendación y la oportunidad de un curso más completo por el mismo valor, aceptó. Este fue el inicio de una carrera que la llevó a perfeccionarse con grandes nombres del rubro en Buenos Aires.
HABILIDAD
Al regresar a Corrientes, Patricia se enfocó en un nicho de alto compromiso emocional: las novias y quinceañeras. Su elección se basó en una experiencia personal negativa, tras un trato poco profesional en su propia boda, se prometió a si misma: «No quiero ser como estas personas».
Ella es consciente de que su trabajo quedará plasmado en las fotos y el recuerdo de esos días especiales para siempre, por ello entrenó la habilidad de tranquilizar a las Novias, es así que se denomina experta en manejar la presión y los nervios de las clientas. En el caso de las quinceañeras, describió que «utiliza su inteligencia» para equilibrar los deseos de la joven y las madres.
DOCENCIA
Para Patricia es crucial seguir las tendencias y, sobre todo, conocer los productos nuevos que salen al mercado. Además, en cuanto a lo cultural, destacó la gran diferencia que radica en el maquillaje. Mientras que en Buenos Aires es más un «viva la Pepa» y se arriesgan a más colores, en Corrientes se impone la discreción, los colores nude y la necesidad de ser «correcta».
Su formación como docente la llevó a enseñar sus conocimientos a otros, con un enfoque especial en ayudar a las mujeres a salir adelante. Como profesora, no solo enseña la técnica, sino también el trato profesional con el cliente, incluso facilitando experiencias laborales, como las jornadas de maquillaje artístico en carnavales.
EL CARNAVAL
Los carnavales de Corrientes son un motor de trabajo. En una de estas experiencias, seleccionó a 15 de sus alumnas para maquillar a una agrupación. La jornada les llevó más de tres horas donde les enseñó el look requerido y luego una jornada de trabajo de casi seis horas seguidas. Diez de esas quince chicas hoy se dedican al maquillaje, demostrando la salida laboral real que existe.
A pesar de tener una vida llena de logros, viajes y constante estudio, Patricia K. mantiene la humildad de alguien que disfruta aprender: «Siempre hay cosas para mejorar y es bueno ver el punto de vista de otras personas».

