Estas semanas, la nutria gigante, extinta en la Argentina y Uruguay, como especie dio un poderoso saludo a la vida con dos hechos trascendentales: el avistamiento de un individuo silvestre en el Parque Nacional El Impenetrable y el nacimiento de tres cachorros, los primeros en el proyecto de reintroducción que la Fundación Rewilding lleva adelante en el Parque Iberá, junto al Gobierno provincial y la Administración de Parques Nacionales.
El veterinario de la Fundación a cargo del manejo de las nutrias gigantes que se encuentran en los corrales de presuelta en el Parque Iberá, Matías Greco contó que sabían del estado de preñez de Alondra, pero no era la primera vez que daría a luz y las dos veces anteriores los cachorros habían nacido muertos. «No es algo raro que esto suceda en parejas primerizas como Coco y Alondra», explicó y que «sabíamos que había que darles tiempo y que en algún momento lograrían sacar los cachorros adelante».
Tras una semana de montar guardias de 24 horas observando las cámaras y a la familia de nutrias gigantes, el equipo del Parque Iberá puede relajarse al encontrarse los cachorros en perfectas condiciones. Pero advierten de que sería raro que los tres sobrevivan, ya que solo uno o dos cachorros por camada llegan a adultos.
RECOMENZAR
La bióloga Talía Zamboni, a cargo de los proyectos de reintroducción de especies en Iberá, destacó la trascendencia de los nacimientos. «La nutria gigante desapareció de la Argentina en la década del 80, cuando los últimos grupos familiares fueron registrados en la provincia de Misiones. Estos tres cachorros son los primeros en nacer en nuestro país en décadas y representan la esperanza de poder recuperar a la especie en Argentina».
PAÍSES UNIDOS
POR UNA CAUSA
El director de Conservación de la Fundación Rewilding Argentina, Sebastián Di Martino destacó el esfuerzo colaborativo detrás de estos proyectos. «Además de trabajar en forma conjunta con el Gobierno de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales, el retorno de la nutria gigante involucra a expertos de otros países, especialmente Brasil. También fue fundamental el involucramiento del Programa de Especies Amenazadas (EEP-Giant Otter) de la Asociación de Zoológicos Europeos. Coco llegó desde el zoológico de Givskud en Dinamarca y Alondra desde el zoológico de Budapest en Hungría. Nanay, otro macho, arribó desde el zoológico de Eskilstuna en Suecia», detalló.
Di Martino destacó que «estos animales se convierten, junto a los biólogos, veterinarios, guardaparques y trabajadores locales que cada día se levantan en Iberá para llevar adelante el proyecto, en los héroes del retorno de esta especie a Argentina».
La gran familia de los esteros del Iberá se agranda con los cachorros nacidos en tierra correntina y la esperanza retorna también a los humedales.