Leonardo Mayer es uno de los jugadores más queridos de nuestro medio. Lo sigue siendo, más allá de que días atrás anunció su retiro del tenis. El correntino, de 34 años, tenista profesional durante 18 temporadas, 21º del ranking en 2015 y uno de los protagonistas más influyentes en la histórica conquista argentina de la Copa Davis en 2016, decidió retirarse y «cerrar un capítulo maravilloso» de su vida.
Ayer, en el Challenger de Buenos Aires, que se juega en el Racket Club, de Palermo, y reparte 52.080 dólares en premios, recibió un cálido homenaje, de manos de Gabriela Sabatini, la mejor jugadora argentina de la historia. «Hacía mucho que no me aplaudían… Estuvo Gaby Sabatini, que es una genia. En mis inicios, me ayudó mucho y es una persona muy especial para mí», reconoció el Yacaré, que recibió plaquetas de la Asociación Argentina de Tenis y de Torneos, la empresa que organiza el certamen porteño (este año, en fusión con la AAT).
El Yacaré logró dos títulos ATP en singles (Hamburgo 2014 y 2017) y jugó otras tres finales (Viña del Mar 2014, Niza 2015 y Hamburgo 2018), fue campeón de Buenos Aires en dobles (en 2011, con Olivier Marach), alcanzó los 8vos de final en Wimbledon (2014) y Roland Garros (2019), fue 2º junior del mundo en 2005 (ganó el dobles de la categoría en Roland Garros con Emiliano Massa), sumó US$ 7.035.089 en recompensas oficiales y registró 179 victorias y 197 derrotas.
Al borde del llanto, Mayer agradeció el gesto y se inclinó ante la gente: «Es muy lindo que me aplaudan por última vez». El público cubrió el 70 por ciento del escenario, según establece el protocolo, y frenó el entusiasmo por el juego, que seguía su curso, para darle el último saludo a un tenista que se convirtió en un referente en la última etapa de la Davis. Es más: jugó el partido de singles más largo en la historia de la Copa Davis, en 2015. Fue aquél de 6h43m ante Joao Souza (Brasil) en Tecnópolis, que terminó en victoria por 7-6 (7-4), 7-6 (7-5), 5-7, 5-7 y 15-13, concretada en el undécimo match point.
El maratónico partido fue el detonante para que la Federación Internacional de Tenis cambiara las reglas: desde 2016 el quinto set se resuelve en tie-break.
Leo Mayer estuvo en el Racket acompañado por su mujer, Milagros, y sus hijos: Valentino, de cuatro años, y los mellizos Pedro y Camilo, de diez meses.
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