El mismo río Paraná que define la geografía de Corrientes, marca su ritmo y es parte de su identidad, está destinado a convertirse en la columna vertebral del proyecto de conservación de fauna más ambicioso de Sudamérica. En una iniciativa sin precedentes, Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia han lanzado un plan para crear el primer corredor de vida silvestre a nivel continental, y nuestro río es el protagonista principal.
La iniciativa, bautizada «Jaguar Rivers (Ríos del Yaguareté)», busca conectar los ecosistemas fragmentados a lo largo de 2,5 millones de kilómetros cuadrados de la cuenca del Paraná. El objetivo es crear una «autopista natural» que permita a los yaguaretés y a otras especies moverse libremente entre regiones, asegurando su supervivencia a largo plazo.
El yaguareté, un símbolo que navega por el Paraná
¿Por qué centrarse en el yaguareté? Porque es una «especie paraguas». Proteger al gran felino, que necesita de vastos y saludables territorios para vivir, implica necesariamente conservar todo el ecosistema del que depende: los bosques, los humedales y, por supuesto, la salud de nuestros ríos. Su presencia es el mejor indicador de que el ambiente está en equilibrio.

El proyecto es un paso natural para Corrientes, que ya se ha consolidado como un modelo mundial en la reintroducción de especies gracias al trabajo de la Fundación Rewilding Argentina en los Esteros del Iberá. El regreso del yaguareté a nuestra provincia, después de 70 años de ausencia, fue la prueba de que la recuperación de la naturaleza es posible.
Corrientes, punto de partida y pilar fundamental
Este nuevo desafío posiciona a Corrientes no solo como un participante, sino como un pilar fundamental de la conservación a escala continental. La experiencia acumulada en el Iberá es la base sobre la que se construye este sueño de reconectar el Gran Chaco con la Selva Paranaense.
La iniciativa, que fue presentada internacionalmente en Nueva York, cuenta con la colaboración de organizaciones aliadas en cada país: Onçafari (Brasil), Nativa (Bolivia) y la Fundación Moisés Bertoni (Paraguay).
Para los correntinos, este proyecto significa que el río que ven cada día ya no es solo una frontera o una vía navegable, sino que se reafirma como lo que siempre fue: un corredor de vida. Una vena abierta que pronto volverá a conectar a las poblaciones del yaguareté, asegurando que el rugido del «rey de América» se escuche fuerte en todo el continente, con un eco que nace en el corazón de nuestra provincia.

