Por Horacio Da Silva*
Asesor de Medios de Comunicación del Arzobispado.
Hermanos:
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.
Filipenses 4,8.
Sabiendo yo, Dios mío, que tú pruebas el corazón y te deleitas en la rectitud, yo he ofrecido voluntariamente todas estas (cosas) en la integridad de mi corazón; y ahora he visto con alegría a tu pueblo, que está aquí, hacer (sus) ofrendas a ti voluntariamente.
1 Crónicas 29,17.
Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento.
2 Pedro 1,5.
Se transita la segunda mitad del año con muchas adversidades en todos los espacios de la vida: a niveles personal, laboral y social, especialmente.
El pueblo de Dios se encuentra con un país asfixiado, con falta de aire puro, un país en llamas y como seres sociales se debe actuar en consecuencia con uno mismo y con los semejantes, para que no los cubra la sombra de la desesperación y la ira. Es hora de demostrar el valor y es ya.
El ser humano tiene en lo más íntimo de su ser cualidades que le permiten afrontar cualquier tipo de problema, sumado a eso «la Gracia del Espíritu Santo».
El país está convulsionado, la situación altera y nadie actúa con «prudencia», pensando en lo que ocasiona en los actos reaccionarios del otro: acción-reacción; y es tarde en muchos casos volver atrás. El daño efectuado, el tiempo no lo borra.
Las respuestas no deben ser viscerales, se debe anteponer un poco de razón (característica inherente al ser humano): para tener la «templanza» suficiente, el puño firme, los remos seguros en tiempos de marejadas turbulentas, lo que «no» significa ser fríos, pero sí con «seguridad», que se desdibuja ante los débiles de espíritu.
Siempre deben sostenerse en pie y elevar la mirada al Altísimo para pedir y mantener la «Fortaleza» que proviene de Él y de vuestro interior; demostrando a los hijos que los reveses son un condimento más de lo terrenal y día con día pone pruebas, las cuales siempre deben ser bien sorteadas.
El Dios Todopoderoso es justo y necesario; tratar de proceder como Él es un acto de «Justicia» ¿Pero por qué ante este valor y virtud uno es vulnerable? ¿No hay ningún paradigma terrenal que muestre e impulse a creer en ella? ¿Es tan difícil llegar a conseguirla? ¿Se perdió definitivamente la credibilidad? ¿Todo está perdido?
¿Qué está pasando con los seres humanos? Que se vuelva la mirada a sí mismos y se replanteen… ¿De qué están hechos? ¿Qué tienen en su razón y corazón? ¿Qué han perdido en el camino? ¿Cómo pueden recuperarla?
Las gracias que tiene el «Hombre» por naturaleza humana jamás se pierden en el plano abstracto, hay que practicarlas continuamente, ser conscientes que son responsables directos de cada acto voluntario que realizan, nada es deliberado, ni aún con el libre albedrío.
Será difícil, pero no imposible salir adelante. Se tiene las mejores herramientas en las manos… para un mundo mejor, para sanar las almas y convivir como seres sociales.
«Actuar con prudencia, con la templanza suficiente en el carácter, transmitiendo fortaleza para obrar con justicia».
(Estas virtudes cardinales marcan como brújula el sendero del buen obrar y el bien vivir).
La integridad de los rectos los guiará, mas la perversidad de los pérfidos los destruirá.
Proverbios 11,3.
Que nunca les abandonen el amor y la verdad: llévenlos siempre alrededor de su cuello y escríbanlos en el libro de su corazón.
Contarán con el favor de Dios y tendrán buena fama entre la gente.
Proverbios 3: 3-4.
Es Palabra de Dios.
* Párroco de la localidad
de San Roque.
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