Los jóvenes Gonzalo Sosa (24 años, de Mburucuyá), Ariel Capellari (25, nacido en Monte Caseros) y Sergio Sandoval (24, de Capital) comparten varias cosas: la carrera de Abogacía y su interés por emprender.
Con ese interés como estandarte, pusieron sus ojos en un viejo proyecto abandonado en Yatay Tí Calle: unas cuatro hectáreas de árboles de limón dejados de lado hacía 7 años. Así nació SAG Limones.
«El proyecto lo inició mi tío», explicó Sergio. «Por cuestiones personales, no siguió con eso, y quedó años deshabitado, sin cuidado. Nosotros estábamos buscando oportunidades y vimos la oportunidad», concluyeron.
«Para nosotros es algo nuevo, estamos alejados a este rubro y recién nos estamos orientando», dijeron los jóvenes a EL LIBERTADOR. El proyecto se inició hace unos 7 meses: «Primero fuimos a conocer el predio y se fue dando, empezamos a planificar y organizarnos y se dio este emprendimiento».
EL COMIENZO
Para jóvenes estudiantes de Abogacía, fue complejo iniciarse en el mundo agro. Luego de visitar el terreno, decidieron invertir lo ganado en su otro emprendimiento, una cuenta de venta de bicicletas y accesorios, lo que les dio el colchón económico para prepararse para el duro trabajo que tenían (y tienen) por delante.
«Para nosotros es algo distinto por nuestra carrera», expresaron. Para comenzar y evitar tomar pasos en falso, se asesoran permanentemente: «Mi tío es ingeniero agrónomo, es especialista en cítricos», indicó Ariel, agregando que fue él quien les brindó y brinda la mayor ayuda.
«Nos dijo por dónde ir, nos enseñó bastante el cuidado de las plantas», indicaron. «Fue bastante el trabajo que tuvimos que hacer, todavía no terminamos el grueso de la actividad», dijeron. Sumado a eso, la actividad agrícola requiere de mantenimiento diario, por lo que se apoyaron en personas que ya trabajaban para la familia de Ariel y, de esta forma, hacer las tareas diarias.
«Tuvimos ayuda de varios ingenieros y de estudiantes de la carrera de Agronomía, y eso fue lo que nos dio un empujón para tratar de volver a reactivar esos árboles y sobre todo, esta producción en la zona», contó Gonzalo, resaltando la ayuda que recibieron a lo largo de su camino.
LOS DESAFÍOS
DIARIOS
Para lograr su objetivo, debieron atravesar distintos obstáculos, principalmente el del desconocimiento del campo. «Más que nada la proyección, cómo llevar a cabo las tareas, la planificación y eso; nosotros no estábamos muy duchos en esas materias, fuimos aprendiendo», indicó Sergio.
Otra cuestión importante es que los tres tienen trabajo y estudio que cumplir en la Capital, por lo que sólo los fines de semana pueden trasladarse hasta Yatay Tí Calle: «La gran desventaja que tenemos es el no estar la mayoría del tiempo ahí y en base al tiempo que podemos disponer lo planificamos, porque lo que sean actividades relacionadas al campo requieren mucha presencia en el proyecto, y Lavalle está a 200 kilómetros de acá».
El objetivo es a mediano plazo: lograr una buena campaña para diciembre, por lo que, de momento, no tuvieron réditos económicos. «Queremos tener una calidad pareja, quitarle las manchitas, los bichitos y demás, y después apuntar a mayor cantidad», indicó Ariel.
En el medio, también debieron sortear dos situaciones que hicieron estragos en toda la provincia: la sequía y los incendios. «Lo que más nos afectó fue la sequía, pero desde febrero empezó a repuntar con las precipitaciones y se mantuvo», agregando que «por suerte no fue tanta la falta de agua de la planta, supo aguantar bastante».
Respecto al fuego, comentaron que en la localidad no fue mayor el problema, aunque «hubo zonas donde el fuego estaba bastante cerca y pensábamos cómo podríamos evitar que llegue».
Teniendo en cuenta la carrera de la que vienen, los jóvenes destacaron que permanentemente se encuentran capacitándose a fin de lograr la mayor comprensión del campo y poder aplicarlo a su proyecto. «Siempre tenemos en cuenta lo que sea específico, para aprender un poco más de la actividad», comentó Sergio, para resaltar que «nunca dejás de aprender todo en esa área, es una evolución constante».
«Yo tuve la suerte de estudiar Licenciatura en Administración y se basa en las organizaciones, voy viendo qué puedo llevar de ese contenido», expresó Gonzalo, quien recientemente inició la carrera.
«DEVOLVER ALGO DE
LO QUE NOS DIERON»
La cuenta de Instagram del emprendimiento (@SAGLimones) busca mostrar a la gente el proceso de realización del limón. «La idea es mostrar un poco la actividad que se realiza, el cuidado, el quehacer diario, las etapas», dicen.
«¿¡Cómo puede ser que al buscar ‘limones’ (en Instagram) no había tanta oferta de cuentas como para nosotros seguir aprendiendo!?», fue el disparador de abrir la red social. Una de las cuestiones centrales es la de poder ayudar a aquellos que tengan dudas sobre cualquier cuestión relacionada al cuidado de árboles, y poder indicar el camino a seguir, tal y como ellos fueron ayudados en su emprendimiento.
«Tuvimos contacto con una página grande donde pudimos consultar y nos han respondido muy bien respecto a con qué pintar los árboles para luego cortar los chupones, ellos fueron muy amables en respondernos», comentó Gonzalo. «Así como estos negocios grandes nos enseñan a nosotros, nosotros queremos hacer lo mismo con la gente», concluyeron.
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