Juan Gauto nació en la provincia de Corrientes en 2004. Su madre Norma decidió viajar a Perito Moreno para conseguir trabajo, ya que en la provincia no tenía oportunidades, y así consiguió empleo. Juan se había quedado al cuidado de su abuela y cuando esta falleció, Norma decidió ir a buscar a su hijo menor y llevarlo a la ciudad santacruceña.
La humildad de Juan al hablar con La Opinión Austral demuestra que se acuerda de cada momento vivido en su infancia. Se refirió a sus años en Perito Moreno, la llegada al Globo y una de las decisiones más importantes que tomó en sus 16 años de vida: construirle una casa a su familia para que no alquilen más.
Los Gauto vivían con cero lujos en Perito y en una vivienda muy humilde. Cada invierno se sufría y eso, para el joven que hoy tiene 16 años, es imborrable de su memoria. Hoy está entrenándose con la primera división de Huracán de Parque Patricios y participando de entrenamientos virtuales con la Selección Argentina Sub-17.
“No teníamos nada, era una casita de ladrillo que en cualquier momento se caía, teníamos un baño afuera donde a la noche hacía frío”, comentó. Tan solo contaban con un colchón dentro de la vivienda en ese entonces. ¿La mesa? “Eran cajones de manzana”, reflejó Juan.
Tampoco le sobraba alimento a la familia de Juan. Días donde la merienda se repetía, y el té o mate cocido con pan era la cena de los Gauto. Lo complicado para ellos era el día que no había para comer, y esos recuerdos son los que menciona. «Yo todo el día andaba en la calle, a veces me iba a dormir sin comer y mi mamá tenía días donde no comía para que coma yo y mis hermanos”, afirmó.
Javier de 23, Nicolás de 22, Mauricio de 20 y Morena de 4 años, son los cuatro hermanos de Juan que hoy siguen viviendo en Perito Moreno junto a su madre Norma. Rescata constantemente los valores que le inculcó su madre a él y sus hermanos: ser siempre humilde y pensar en la familia y en la gente que quiere bien a uno.
TRAS EL SUEÑO DORADO
Azul y rojo, el azulgrana de la ciudad: San Lorenzo de Perito Moreno fue el club que cobijó a Juan a sus 6 años de edad, y donde transitó las divisiones inferiores, demostrando calidad y superioridad año tras año. El joven tuvo la oportunidad en 2016, cuando viajó junto a Pablo Carrasco para probarse en Huracán: “Federico Marino llamó a un entrenador de Santa Cruz pidiéndole el mejor jugador de la provincia, y recibí el llamado”, afirmó.
En Buenos Aires, fue recibido por Marino, preparador físico de Huracán en ese entonces, quien le brindó el apoyo necesario a Gauto. “Él me ayudó muchísimo, porque yo no conocía a nadie y le agarré cariño”, destacó.
El día de la prueba, en sí era una semana, pero “cuando tenés un día horrible” se puede derrumbar el sueño. “Ese día no me salió ninguna, el coordinador me había como rechazado porque si bien era una semana tuve un mal día, y tenía una semana más en el hotel”, contó.
El aliento de Pablo seguía presente, veía condiciones en Juan, quien recibió un llamado del coordinador de Huracán: “Me dijo de jugar un amistoso con Yupanqui”. Era, quizás, la última oportunidad del joven en Huracán: “Ese partido ingresé faltando 15 minutos y metí 3 goles”, afirmó. Al salir lo esperaba el coordinador, que le dijo: “Olvidate lo del otro día, te esperamos el lunes para firmar”, destacó.
A sus 13 años de edad llegaría el llamado de la Selección Argentina. “Luego de un partido con Chacarita, que me fue bien, me dicen que llegó la citación, me largué a llorar, era impensado”, afirmó Juan. Su sueño, que en un momento veía muy lejos, llegó y viajó rumbo al predio de Ezeiza: “Ver la pelota, la ropa, el canasto con tu nombre, te juro que temblaba”, expresó Juan, quien además estaba nervioso, pero considera algo “inolvidable”.
MENSAJE
Juan está agradecido a cada persona que lo ayudó a él y su familia a avanzar durante los años difíciles que vivieron cuando él era niño. De alguna u otra forma, lo vivido hoy está en el jugador de Huracán. «Me sirvió muchísimo todo lo que pasé para ser la persona que soy, como me crió mi mamá me sirvió mucho”, afirmó.
“El pueblo, mis amigos y toda la gente disfruta tanto como yo de mis logros”, destacó el chico. Sueña con los ojos abiertos: “Es algo que anhelé desde chico, de que pateaba en el patio de mi casa, y hoy me ven pateando en un plantel de primera. Jamás hay que olvidarse de donde uno salió”, finalizó.