El Senado de la Nación sancionó el Presupuesto 2026, el primero del gobierno de Javier Milei, tras una sesión extensa y atravesada por negociaciones políticas de último momento. La votación se resolvió con 46 votos afirmativos, 25 negativos y una abstención, correspondiente a la senadora Alejandra Vigo. El resultado permitió al oficialismo aprobar la denominada “ley de leyes” y otorgarle normalidad institucional a la gestión, luego de dos años consecutivos de prórroga presupuestaria.
La jornada legislativa mantuvo en vilo a la Casa Rosada hasta el cierre del debate, debido a la fragilidad de los apoyos y a las divisiones internas en los bloques opositores. El interbloque peronista Popular, conducido por José Mayans, se fragmentó en la votación general, lo que facilitó el triunfo del oficialismo. La Libertad Avanza logró sumar el respaldo de tres senadores del bloque Convicción Federal: Guillermo Andrada, Sandra Mendoza y Carolina Moisés, quienes no se referencian en Cristina Kirchner.
La sanción del Presupuesto implicó un avance político significativo para el Gobierno, que consiguió aprobar su primer esquema anual de gastos e ingresos en el Congreso. El oficialismo celebró el resultado como un paso clave para consolidar la gobernabilidad y cerrar el año legislativo con una señal de previsibilidad institucional, en un contexto de alta tensión política y social.
TRASPIÉ EN DIPUTADOS Y AJUSTES FORZADOS

El camino hacia la sanción definitiva estuvo marcado por un revés previo en la Cámara de Diputados. Allí, el oficialismo perdió el capítulo 11 del proyecto, que incluía la derogación de la Emergencia en Discapacidad y del Financiamiento Universitario, además de otros artículos orientados a reforzar el superávit fiscal. La presión social y la sensibilidad de los temas llevaron a que esos puntos fueran rechazados, lo que obligó al Gobierno a enviar al Senado un texto recortado.
Ante ese escenario, La Libertad Avanza asumió que no contaba con los votos necesarios para reincorporar los artículos eliminados. La negociación se concentró entonces en evitar nuevas modificaciones que obligaran a devolver el proyecto a Diputados. En ese marco, el oficialismo también resignó otros puntos, como la derogación del régimen de Zonas Frías y la actualización automática de las asignaciones familiares.
La principal alarma en el Senado se encendió en torno al artículo 30, que deroga leyes que establecen pisos mínimos de financiamiento para educación, ciencia y técnica, defensa y educación técnico profesional. Ese artículo elimina, entre otros puntos, el 6% del PBI como piso de inversión educativa y el criterio de progresividad para alcanzar el 1% del PBI en ciencia y tecnología hacia 2032, además de disolver fondos específicos para educación técnica y defensa.
NEGOCIACIONES, TENSIONES Y MENSAJE POLÍTICO
La resistencia al artículo 30 se expresó especialmente en el bloque radical, donde tres senadores adelantaron su rechazo y votaron contra la propuesta de tratar el Presupuesto por capítulos. A ello se sumó la ausencia de quorum de los senadores santacruceños Natalia Gadano y José María Carambia, lo que alimentó las dudas sobre el resultado final de la sesión y obligó al oficialismo a intensificar las gestiones políticas.
Durante toda la jornada, el Gobierno sostuvo públicamente que contaba con los votos necesarios. “Tenemos los votos”, aseguraron desde el entorno de Patricia Bullrich y del presidente de la comisión de Presupuesto, Ezequiel Atauche. Sin embargo, la desconfianza persistió hasta último momento, al punto de que el ministro del Interior, Diego Santilli, se trasladó al Senado y se reunió con Bullrich para garantizar apoyos y contener eventuales cambios de postura vinculados a los gobernadores.

