El árbol de Navidad, presente en miles de hogares y establecimientos durante las fiestas navideñas, va más allá de su apariencia decorativa, ya que con una rica historia y un profundo significado cristiano, se convirtió en uno de los símbolos más representativos de la Solemnidad, al mismo tiempo que se debe recordar que el principal de ellos es el Pesebre, y la Corona de Adviento, elementos con reúnen a la familia, o individualmente si se está solo, en su preparación espiritual para una fecha netamente espiritual y comunitaria.
La Agencia Informativa Católica, ACI Prensa, brindó una información en ese sentido sobre el denominado, por la mayoría en esta región de la Argentina, Arbolito de Navidad.
SÍMBOLOS
- Las luces:
Las luces de colores, un elemento típico del árbol, tienen un simbolismo que va más allá de la decoración. El Bendicional, invita a los fieles a contemplar en este árbol, «lleno de luz, a Cristo luz del mundo, que con su Nacimiento nos conduce a Dios que habita en una luz inaccesible». - La estrella:
En la punta del árbol navideño se suele colocar una estrella, aunque algunos optan por un globo puntal, como símbolo de elevar la mirada a Dios. La estrella simboliza aquella que guió a los Reyes Magos hasta Belén, donde encontraron a la sagrada familia. Según el Evangelio de Mateo, esta estrella se posó sobre el lugar donde había nacido el Salvador, señalando el camino hacia Él. - Los regalos:
Los obsequios que tradicionalmente se colocan bajo el árbol navideño simbolizan los regalos ofrecidos por los Reyes Magos al Niño Jesús como muestra de adoración: oro, incienso y mirra. - Esferas o globos:
El Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia menciona que, según los evangelizadores de los países nórdicos, el adorno cristiano del árbol incluye manzanas y dulces colgados de sus ramas, representando «dones». En la actualidad, estos elementos han evolucionado hacia esferas y otros adornos decorativos que mantienen el simbolismo de ofrendas y bendiciones y que también simbolizan las oraciones que se hacen durante el período de Adviento. - Lazos o guirnaldas:
Tradicionalmente los lazos representan la unión de las familias y personas queridas alrededor de dones que se desea dar y recibir.
Un poco de historia
Los antiguos germanos creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el «divino Idrasil» o el «dios Odín». En cada solsticio de invierno, cuando suponían que se renovaba la vida, le rendían un culto especial.
La celebración de ese día consistía en adornar un árbol de encino con antorchas que representaban a las estrellas, la luna y el sol. En torno a este árbol, bailaban y cantaban adorando a su dios.
Cuentan que San Bonifacio, evangelizador de Alemania e Inglaterra, derribó el árbol que representaba al dios Odín, y en el mismo lugar plantó un pino, símbolo del amor perenne de Dios y lo adornó con manzanas y velas, dándole un simbolismo cristiano: las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas representaban a Cristo, la luz del mundo y la gracia que reciben los hombres que aceptan a Jesús como Salvador. Esta costumbre se difundió por toda Europa en la Edad Media y con las conquistas y migraciones, llegó a América.
Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se cambiaron las manzanas por esferas y las velas por focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.
Las esferas o globos y sus colores, también simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de Adviento, indicaron las fuentes informativas Catholic.Net y PrimerosCristianos.Wordpress.com

