Los incendios que arrasaron con más de 1 millón de hectáreas en Corrientes, diezmaron las colmenas y el volumen de miel se desplomó, confesaron en la Cooperativa Eireté Porá, de Loreto, a EL LIBERTADOR.
20-CONTRATAPA-25Productores apícolas del Norte correntino luchan por recuperarse de la estocada recibida a principios de año por los incendios que destruyeron un 80 por ciento de las colmenas, la producción de miel se paralizó por completo y el panorama a futuro es para nada alentador.
Sobre la situación habló la presidente de la Cooperativa Eireté Porá, de Loreto, Diana Aguirre con EL LIBERTADOR y fue contundente: «Veníamos arrastrando problemas, primero por las inundaciones de 2017 y 2018; luego la sequía que se extendió y llegaron los incendios y nos devastó a todos».
«En las dos temporadas de este año no cosechamos nada. Estamos comenzando de nuevo», afirmó la productora que además es Directora de una escuela rural de Loreto. «A algunos productores les quedaron en pie algunas que otras colmenas y eso nos sirvió para empezar a multiplicar y comenzar de nuevo», comentó.
«Nuestro gran incentivo, nuestras ganas de trabajar con estos animalitos, con las abejas, más allá de lo que nos proporcionan como producción (miel, cera, apitoxina, jalea real, entre otros derivados), es aportar al cuidado del medioambiente», afirmó y lamentó que los incendios que afectaron montes nativos, plantaciones de eucaliptos y pastizales destruyeron las colmenas silvestres.
«Nos dimos cuenta que mermaron mucho las colmenas en estado natural», sostuvo y lo atribuyó a los grandes incendios que en el verano pasado arrasaron con más de 1 millón de hectáreas en Corrientes. «Tengo en mi casa materiales apícolas viejos, en desuso, que los dejo a un costado para colmenas que enjambran; años anteriores venían de 17 a 20 enjambres y este año sólo dos y ya está terminando la temporada», comparó.
Para el sector, los incendios fueron el golpe más duro, ya que perdió cerca del 80 por ciento de las colmenas. «Ya veníamos perdiendo por los eventos anteriores, y ahora se completó con los incendios. Este año no pinta muy bien», se sinceró Aguirre con voz angustiosa.
Corrientes tiene dos temporadas apícolas, la primera del año abarca los meses de febrero y marzo con la floración del eucaliptus y la segunda, de mayor producción, se extiende los primaverales meses de septiembre a noviembre. «Pero al haber una sequía como la que tenemos, las plantas no florecen, no hay flores, eso repercute en nuestras colmenas que además de diezmadas, tampoco producen miel», insistió.
«RENACER»
Ante tanta pérdida, los productores decidieron poner todo su empeño en multiplicar las pocas colmenas que sobrevivieron a los embates del clima y el fuego, por lo que no habrá producción de miel esta temporada.
«Hay muchas maneras de lograr la multiplicación», destacó, pero de inmediato añadió que ahora en la provincia no se consigue material vivo, y explicó que en Saladas, cuna de apicultores, se adquirían celdas reales para esta tarea, pero allí también muchas colmenas fueron destruidas por el fuego.
«Ahora estamos haciendo remiendos, reciclamos, para no perder la temporada», para poder aumentar las colmenas, de acuerdo a Aguirre, se le hacen reparaciones a las cámaras que se salvaron del fuego con las expectativas de volver a producir miel el próximo año.
SE SUMA LA DOLARIZACIÓN
Sus pares de todo el territorio provincial, en menor o mayor medida, atraviesan una fuerte crisis como consecuencia de la sequía, los incendios y los precios dolarizados de los insumos que frenan la actividad.
En esa línea, remarcó que algunos insumos aumentaron el ciento por ciento su valor, uno de ellos es la cera estampada que «en agosto los 10 kilos tenían un costo de 1.400 pesos, y ahora se paga entre 23 y 24 mil pesos, y así el resto de los materiales».
La ayuda, no se hizo esperar. «El Ministerio de Producción nos proporcionó azúcar para alimentar a las colmenas que quedaron en pie durante el crudo invierno. Se agradece, es muy importante ello, pero necesitamos material inerte como las cámaras, cuadros, cera, frascos, tambores», remarcó.
Sumó su aporte el grupo solidario Espíritu Santo, con sede en San Isidro, zona Norte del gran Buenos Aires, que les hizo una generosa donación de materiales inertes: 30 cámaras completas, cera, frascos y tambores. «Este grupo siempre está atento a las necesidades de la comunidad de Loreto, en Salud, Hogar de Ancianos, sostiene con becas los estudios terciarios o universitarios de jóvenes loretanos», agregó y agradeció la ayuda.
Finalmente, comentó que se aguarda por los materiales para reactivar la actividad, en virtud de un proyecto que presentaron en la Federación de Cooperativas de Corrientes (Fedecoop), que ya se aprobó.
Piden un proyecto con otra impronta
La presidente de la Cooperativa Eireté Porá, de Loreto, Diana Aguirre, también pidió el acompañamiento del Gobierno de Corrientes, con «un proyecto sustentable en el tiempo como para apuntalar al sector». Puso de relieve, en esa línea, que el producto de las abejas es natural, nutritivo, de las colmenas y que se pueden obtener otros productos como se dijo, además de la miel, y por sobre ello «la función que cumplen estos insectos en el medioambiente: la polinización que realizan resulta en más del 70 por ciento de los alimentos que consumimos diariamente.
«Creemos que si tuviesen esa mirada hacia el sector podrían cambiar su manera de trabajar y darle otra impronta», afirmó la cooperativista.
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