Oscar Bartolomeo vive a su estilo: prioriza la familia y la orilla apacible de una laguna de Corrientes, a las playas de Mar del Plata, una de las ciudades veraniegas más populares del país. En el complejo recreativo Laguna Curuzú Jaime de Ramada Paso, tiene su puesto de tragos y licuados. «Mi Estilo», se lee en el colorido cartel que atrae a turistas y locales.
Se aventuró a la vida nómada con su esposa y cuatro hijos luego de violentos episodios de inseguridad. «Le metieron un revólver en la cabeza a mi mujer, le dieron un tiro a mi hijo más grande, me reventaron dos veces la persiana y dije: esto no es para mí», contó.
DE RUTAS
Y DESTINOS
La venta de tragos lo llevó a recorrer algunas fiestas y eventos del circuito turístico que ofrece Corrientes y, luego de la pandemia, se establecieron definitivamente en Ramada Paso con la compra de un terreno y el cambio de domicilio.
«¿Qué nos enseñó la pandemia? Que podemos tener millones de pesos, pero no te sirve de nada si te enfermás y te vas con San Pedro», señaló.
Dos de sus hijos regresaron a Mar del Plata hace dos meses por ofertas laborales. Sus hijos tienen 31, 29, 27 y 18 años, los dos mayores regresaron a Mar del Plata hace dos meses por ofertas laborales y la menor asiste a la escuela agrotécnica local.
Sus compañeras de escuela también encontraron una oportunidad laboral en «Mi Estilo Tragos», así como en el puesto de chipá que lo acompaña en el complejo recreativo.
«El microemprendimiento es para todos. Trabajan con nosotros para poder darnos una mano entre todos», comentó.
PRIORIDADES
«Hoy por hoy, está por delante la familia, a decir vivo en Mar del Plata. Acá hay gente espectacular, con la que se pasa momentos espectaculares», destacó.
Mudarse a un paraíso natural le trae alegrías cotidianas como poder ver monos en el patio de su casa o cosechar una sandía con más de 25 kilogramos, inimaginable para un hombre que pasó décadas en el frenesí de una gran ciudad.
«Venimos de una ciudad con mucho vértigo a la tranquilidad extrema, pero me quedo con esto toda la vida», concluyó.
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