Por el Padre Horacio Da Silva*
Aasesor de Medios de Comunicación del Arzobispado.
Hermanos:
La hierba se seca y la flor se marchita, pero la Palabra de nuestro Dios permanece para siempre (Isaías: 40-8).
Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios (Proverbios: 2-6).
Ha finalizado el mes de septiembre; un mes lleno de goce y alegría, donde la Madre del Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, marcó la Historia con su nacimiento y Nombre sagrado. Con Ella, el mes de la Santa Biblia.
En la Argentina y en muchos otros lugares del mundo, todos los años, durante todo septiembre se realizan infinidades de actos y eventos religiosos, dedicados a la Biblia, ya que según la Iglesia Católica es el mes de las Santas Escrituras.
Este acontecimiento pudo constatarse con mayor aproximación este año, el día 1 de septiembre, cuando el Papa Francisco en su homilía, realizada en la Capilla de Santa Marta, del Vaticano, lanzó al mundo la siguiente frase: «No se anuncia el Evangelio para convencer con palabras sabias, sino con la humildad, porque la fuerza de la Palabra de Dios es Jesús mismo y sólo quien tiene un corazón abierto lo acoge». Entendiendo que la Biblia es La Palabra de Dios y su verbo Jesucristo.
De acuerdo con ésto, cabe entonces hacer una pausa para adentrarnos a conocer, reflexionar, encontrarle sentido y respuesta al ¿Por qué el mes de septiembre es considerado el mes de la Biblia?
Algunas referencias bibliográficas religiosas nos plantean que, para la Iglesia y los católicos, septiembre es considerado el mes de la Biblia (palabra griega que significa libros), debido a que el 30 de ese mes, es el día de San Jerónimo, el que tiene nombre sagrado, y que de acuerdo a la historia fue un hombre que consagró toda su vida al estudio de las Sagradas Escrituras, y fue quien estudió y realizó la traducción de la Biblia al Latín. (Relato histórico religioso).
El final del mes y el inicio de uno nuevo, nos encuentra con otro suceso, terrenal, tradicional y de las costumbres correntinas, como lo es el Karaí Octubre.
Según la leyenda guaraní, se dice que es el mes en que falta todo, pero la manera de ahuyentarlo es dar en abundancia para espantarle. Es en este mes, que para los campesinos, las reservas de alimentos se encuentran casi agotadas y recién empieza la temporada de cosecha. Para ello, el 1 de octubre se preparan alimentos que representen abundancia y poder compartirlo.»Una manera de incentivar al mes para que la gente no quede sin alimentos para la familia era hacer comidas abundantes, exponerlas en la mesa y convidarlas. No tenía que faltar nada.Y de esta manera, cuando venía el duende, veía que había en demasía en esa casa y seguía de largo. Quien no hacía eso, se daban las cosechas por perdidas, había escasez, problemas económicos, sociales, de salud; entre otros». Por ello «Hay que hacerle frente para evitar la malaria».
Esta leyenda deja un mensaje más allá de la riqueza material para saciar el hambre orgánico. Demuestra cómo el ser humano debe ser previsor, cauteloso y ahorrativo para los tiempos de escasez y no derrochar en vano. Esa cautela debe trasladarse a la previsión de preparación y fortalecimiento del espíritu en la Fe en Cristo Jesús Eucaristía.
Si se repensara…
¿Cuántos están alimentados y fortalecidos espiritualmente para afrontar una situación límite inesperada en cada vida o tal vez la estén transitando?
Realmente, ¿Saben cuál es la vitamina verdadera a la anemia que muchos tienen en los corazones y no les deja crecer?
¿Son conscientes que esos sustentos no se compran en ningún hipermercado?
¿Todavía siguen sin comprender el regalo de Dios, que es la razón para darse cuenta con un pensamiento crítico de lo que puede suceder o sucede en cada uno, y el alma, que es fortalecido por la fe en el entendimiento que nos otorga el Espíritu Santo?
Se debería prever el tiempo y el espacio material que regala el día y la noche para hacer una buena y exhaustiva introspección, en silencio, con uno y en presencia de Dios.
Qué más que en este tiempo, en su tiempo el santo Rosario acompañe este proceso.
En sus manos, dos herramientas e instrumentos poderosos: la Biblia y el santo Rosario en nombre de María. Se debe seguir con la tradición de durante más de cuatro siglos. Varios Papas han promovido el Rosario como parte de la veneración de María en la Iglesia Católica y que consiste, esencialmente, en la meditación sobre la vida de Cristo. El Rosario también representa el énfasis católico en «la participación en la vida de María, cuyo foco era Cristo» y el tema mariológico «a Cristo, a través de María».
«El Rosario de María nos libre de todo mal» .
«Alabemos noche y día a la Reina celestial» .
Los tiempos para el alimento de la Fe no debería tener fecha ni límites, remarcar sí en esos períodos; pero que todo el año sea un sembrar y cosechar alegrías y fortalezas para el peregrinar terrenal hacia la última morada en los brazos del Señor Dios Todopoderoso.
Tengan presente esto: «El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará» (2 Corintios 9, 6). Pero, recordar siempre: «No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios» (Mateo 4, 4).
Es palabra de Dios.
* Párroco de la localidad
de San Roque.
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