Con clima fervoroso y gran participación de feligreses se celebró ayer la festividad de San Juan Bautista, patrono de la ciudad.
Si bien el viernes ya comenzaron algunas actividades, en la tarde de ayer se desarrollaron acciones que incluyeron la tradicional procesión por las calles del barrio, encabezada por la imagen de San Juan y a su término se llevó a cabo la misa central oficiada por monseñor José Adolfo. Estaba prevista la participación de autoridades municipales en el transcurso de la jornada.
Tal como se viene haciendo en años anteriores, también se desarrolló una caravana por la Capital donde se recorrieron los principales hospitales.
COMUNITARIO
Por la noche, en el patio parroquial se efectuó una kermesse que incluyó juegos, puestos de comida y bebida, además de números artísticos.
El cierre se dio lugar cerca de la medianoche con la tradicional quema del muñeco que conlleva un gran simbolismo: significa pasar por el fuego purificador todos aquellos defectos que los alejan de Dios y de la felicidad. Lo utilizan para alejar la malaria, las pestes y las enfermedades, acercando todo lo bueno.
Vale destacar que por segundo año consecutivo se suspendió el popular «Tatá Yehasá» o paso por las brasas, que simbolizaba que quien camina sobre las brasas ardientes con la fe suficiente no sufre daño alguno.
De acuerdo con lo que pudo saber EL LIBERTADOR el año pasado, el fundamento fue evitar peligros o riesgos para los fieles, ya que experimentaron en otras ocasiones, situaciones en las que personas terminaron con heridas o lesiones. Explicaron que la medida se determinó luego de muchas conversaciones y tras la resolución del Consejo Pastoral.
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