En un gesto que subraya la continuidad y el valor del servicio pastoral en la Arquidiócesis, el arzobispo de Corrientes, José Adolfo Larregain, ha designado a monseñor Domingo Salvador Castagna como Consultor de la Fraternidad Franciscana.
La decisión, plasmada en un decreto con fecha del 2 de octubre de 2025 (Prot 284/25), se enmarca en un contexto de especial significado: la celebración del Jubileo por los 50 años de la fundación de la Fraternidad Franciscana en la jurisdicción y el Año Jubilar Peregrinos de Esperanza, convocado por el Santo Padre Francisco.
VIVENCIA EVANGÉLICA
El decreto, que utiliza las fórmulas canónicas de «visto» y «considerando«, destaca la «vivencia evangélica inspirada en san Francisco de Asís» de la Fraternidad, a la que define como «signo fecundo de comunión, oración y evangelización» en las últimas 5 décadas.
El punto central de la designación reside en el prolongado y fecundo servicio de monseñor Castagna.

El Arzobispado pondera que el prelado «ha acompañado a dicha Fraternidad durante 41 años, desde el 6 de enero de 1984 hasta la actualidad», brindando «orientación espiritual, cercanía pastoral y consejo prudente».
DESIGNACIÓN
Por ello, y utilizando sus facultades como Obispo diocesano, fray Larregain resuelve en su artículo 1°: «Designar a monseñor Domingo Salvador Castagna como Consultor de la Fraternidad Franciscana, en reconocimiento a su prolongado y fecundo servicio pastoral».
El rol de Consultor, especifica el artículo 2°, implicará para monseñor Castagna «ejercer su servicio orientando con prudencia evangélica, ofreciendo consejo espiritual y acompañando la vida de la Fraternidad, de acuerdo a lo establecido por la normativa canónica y las disposiciones de la diócesis».
La medida busca «establecer este servicio y asegurar la continuidad de su aporte» en este marco jubilar, fortaleciendo la vida y misión de la Fraternidad Franciscana en su fidelidad al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia. El Arzobispado ha dispuesto que el presente Decreto sea comunicado a la Fraternidad y publicado en los medios oficiales de la diócesis para conocimiento de la comunidad.
La firma del decreto sella este acto de reconocimiento a una vida entregada al servicio eclesial y a la guía espiritual de una de las comunidades de mayor arraigo en la arquidiócesis.

