La Unión Argentina de Rugby para esta nueva edición del Seven de la República, además de lo deportivo, llega a un momento muy especial para el rugby ya que se rendirá homenaje a un dirigente que con pasión y mucha dedicación se destacó a nivel nacional e internacional. Ya que la Copa de Oro llevará el nombre de Carlos Egidio Barbieri, el dirigente correntino, hombre de Taraguy, que pasó por todos los cargos, jugadores, entrenador, dirigente de club, fue presidente, consejero de la Urne, integró el consejo de la UAR, en el momento de la expansión hacia el profesionalismo. Y un hombre que lo conoció de cerca en su proceso de crecimiento dirigencial a nivel mundial fue Luis Castillo, el primer presidente del interior de la UAR.
Con él dialogó EL LIBERTADOR acerca de este difícil pero merecido momento que el tucumano vive tras la desaparición física de Carlos Barbieri. «Que te puedo decir de mi amigo Carlitos Barbieri, recuerdo que cuando comencé allá por el año 2009, como presidente de la UAR, siendo el primer presidente del interior, el grupo de trabajo que se armó tuvo para destacar, que dentro del Consejo Directivo los vocales, que eran hombres de las Uniones del interior, tenían voz y voto. Lo cual significaba no un triunfo sobre Buenos Aires como todos creían, que tantos años estuvo al frente de la UAR. Sino todo lo contrario, fue un desafío contar con todo el apoyo del rugby del interior apoyándome, sin excepciones todas Uniones del Interior. Y un desafío de hacer lo mejor posible para el rugby argentino, lo cual creo de que alguna manera, el período 2009-2011 y el período 2011-2014, no soy yo quien tiene que decirlo, sino que lo dijeron en varias oportunidades, marcó un gran cambio en nuestro rugby».
«Y dentro de ese grupo mayoritario del interior, integrando el consejo directivo de la UAR, había un hombre, que estaba como vocal suplente y no como vocal titular, el cual con el tiempo y con el trabajo intenso, lo fui conociendo como persona en primer lugar, después como profesional y en tercer lugar con la pasión que tenia por el rugby de su Corrientes y por el rugby de Argentina. Una característica muy importante en lo que hace al correntino, que cuando hace las cosas lo hace con pasión, entregando todo. Y esto era Carlos Barbieri. Que empezó como vocal suplente, apenas transcurría un año de mi mandato, José Conde finalizó su gestión como tesorero y yo lo propuse a Carlitos como tesorero de la UAR. Simplemente por haberlo visto trabajar, simplemente por haberlo manejarse en la parte humana y deportiva y simplemente teniendo como objetivo engrandecer la institución y el rugby del país».
«Eso me llevó a que el nuevo Consejo, que se renueva cada dos años, lo tenia a Carlos Barbieri como Tesorero de la UAR. Carlos desde ese momento que empezamos con la convivencia diaria, viajábamos todas las semanas desde el interior durante las dos gestiones, empezó a destacarse en lo que hace al manejo profesional de una tesoreria y una tesoreria moderna como lo necesitaba la UAR: Debido a que el proyecto que de alguna forma empezamos a darle forma, con grandes figuras del rugby de la Urba, necesitaba el apoyo técnico y profesional, por lo que se nos venía. Es decir, por los ingresos de recursos que se nos venía, recursos humanos, generar un plan de trabajo y llevarlo a cabo, para cumplirlo frente a la IRB hoy WR».
«Carlitos empezó a ganarse nuestra confianza simplemente trabajando en silencio, siempre con esa actitud de sumar y no de restar, siendo un hombre fuerte de carácter, cuando había que defender situaciones, lo hacia con mucho conocimiento técnico, un gran profesional, un gran contador, y al mismo tiempo, defendiendo todo lo que podíamos mejorar de la parte deportiva como ex jugador que fue. Porque también conocía muchísimo del deporte. Así empezó a crecer la figura de Carlitos, se hizo querer este hombre, de perfil muy bajo, ya no sólo el grupo del interior, sino a la gente de la Urba y así fue dando a puro trabajo y esfuerzo todo lo que él creía que debia entregar a la institución para que el rugby vaya hacia adelante».
«Me resulta fácil hablar de Carlos por todo lo que fue, pero también me resulta difícil, porque desde que se fue, lo extraño mucho, mucho, mucho. Él no fue un amigo para mí, fue un hermano, y quizás para muchos de nosotros, los que estábamos trabajando en la UAR. Carlos fue un hermano en todo sentido, un amigo, una persona que no sólo deportiva o profesionalmente actuaba, sino que ponía su hombro para que nos apoyarámos en él y con una vocación de servicio que debe tener todo dirigente, digna de destacarse. Que hoy por hoy, falta en todos los deportes y también en nuestro deporte, al servicio del deporte».
«Así fue creciendo Carlitos, siempre al servicio del deporte, en el orden nacional, en el orden sudamericano y en el orden internacional, todo lo que Carlos hizo lo consiguió él. Es cierto dentro de un grupo de trabajo, apoyado por grandes personas como Agustín Pichot por ejemplo. Pero siempre porque él tuvo gran dedicación».
«Yo creo que gran parte de esos más de 11 años de tesorero de la UAR, no sé quien otro podrá llegar a igualarlo, o tener más años que él en esa función tan difícil y en los años de crecimiento del rugby argentino, pueda llegar a superarlo. No es fácil. No porque no haya otras personas dignas de hacerlo, y de destacarse. Sino porque el desgaste es tremendo. Y él no tenía miedo al desgaste. Viajaba todas las semanas de su querida Corrientes a Buenos Aires, a cualquier país, a Europa, para estar presente representándonos a nosotros, cuando era miembro del consejo directivo de la IRB, viajaba permanentemente».
«Se fue una gran persona, se fue un gran hombre del rugby, se fue un gran dirigente que entendía esto, como entendemos varios, que debíamos estar al servicio del juego. Al servicio de quienes los juegan, de quienes conducen el juego, como son los entrenadores. Los dirigentes debemos tomar esa bandera como ejemplo. No puedo dejar de decir que Carlos es un ejemplo, para muchas generaciones que puedan pasar por la mesa de la UAR, es un ejemplo a seguir por la entrega, dedicación y amor que tenía por el rugby, la responsabilidad y la honorabilidad y la representación que tuvo era digna de destacarse, cuando intervenía en reuniones, yo particularmente lo ví, como ser en reuniones de la International Rugby Board, donde lo vi, junto con Pichot».
Carlos Barbieri no sólo será homenajeado ahora por la UAR en Paraná, los jóvenes jugadores conocerán su legado. Barbieri debía ser el presidente de la UAR, pero cuestiones políticas posicionaron al actual presidente. Carlos siguió trabajando con perfil bajo y mucha entrega y pasión, hasta que una cruel enfermedad fue apagando su gran luz.
«Carlitos nos dejó una gran enseñanza, se fue un gran hermano, una gran persona, un apasionado de nuestro deporte, un gran técnico profesionalmente hablando, ex deportista, apasionado de nuestro deporte y yo creo que lo menos que podía hacer la UAR y con lo cual me identifico, es un homenaje como que le harán en el Seven de la República, que es un torneo tan reconocido en nuestro país y tan lindo para vivirlo y compartir, que lleve su nombre, se destaque la figura de Carlitos Barbieri».
«Podría contar innumerables anécdotas de él. Pero siempre voy a destacar lo que él siempre tenía, y se lo llevó como realmente era, un apasionado del rugby, un hombre con muy bajo perfil, con una vocación de servicio como dirigente y amigo, con una entrega hacia quienes lo rodeaban que no es fácil encontrar en las grandes instituciones y menos en los momentos que se viven».
«Yo lo recuerdo desde acá de mi Tucumán querido con mucho orgullo, con mucho dolor de no tenerlo y ojalá que muchas instituciones, el rugby de Corrientes siempre lo tenga en su memoria y sepa imitarlo y reconocerlo y de alguna forma saber que tuvo como representante de esa hermosa provincia a una gran persona, en todo sentido, al cual reconocerlo es poco. Hay que tenerlo presente siempre, sobre todo en las grandes enseñanzas que nos dejó con su trabajo».
Dejo un abrazo grande a todos los que estén en Paraná, recordándolo, me emociona hablar de él, me es difícil y lo sigo extrañando hasta el día de hoy. Agradezco que Atilio Ramírez me permita expresar de alguna forma lo que siento y lo que siempre sentiré por mi hermano Carlos Barbieri».
A LA FAMILIA
A modo de recuerdo para un dirigente que con sencillez, entrega y pasión supo transitar un extenso camino en el ámbito dirigencial, el Consejo Directivo de la Unión Argentina de Rugby resolvió que el trofeo del Seven de la República lleve el nombre de Carlos Barbieri, ex tesorero de la entidad. Marcelo Rodríguez, presidente de la UAR, le entregó en Paraná una réplica de la copa a Patricia Swiszcz, esposa de Barbieri, fallecido en febrero último.
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