La Asociación de Padres de Autistas Corrientes (Apadea) cumplirá 21 años el jueves 29 y como forma de celebrarlo se propusieron dedicar el mes entero a la difusión y concientización.
En diálogo con EL LIBERTADOR, la titular de la ONG, Claudia Pérez manifestó que iniciarán la campaña fomentando la empatía.
«La sociedad tiene algo por aprender. Es decir, hay comportamientos sociales todos deberíamos aprender», señaló.
Es por ello que compartió información sobre el aprendizaje social: «Se pueden aprender y entrenar. Si desde pequeños cualquier persona pone en práctica estas competencias, lo que actualmente se conoce según la investigación es que, las intervenciones sociales y emocionales aparte de mejorarse, reducen los síntomas de depresión y ansiedad a corto plazo», sostienen.
La sociedad juega un papel crucial en el apoyo a personas con autismo, promoviendo su inclusión y integración a través de prácticas inclusivas y la desmitificación de estereotipos. Un entorno comprensivo y empático, que valore la diversidad, puede facilitar el desarrollo de habilidades sociales y la participación plena de las personas con autismo en la sociedad.
Una sociedad empática comprende las necesidades y limitaciones de las personas con autismo, adaptándose a sus formas de comunicación y expresión. La empatía permite construir relaciones interpersonales saludables y promover la inclusión social.
En resumen, el papel social en el apoyo a las personas con autismo se basa en la creación de un entorno inclusivo, la sensibilización y educación sobre el autismo, el apoyo a las familias y la promoción de políticas y legislación que protejan sus derechos y oportunidades.
DATOS
Algunos programas de aprendizaje social marcan competencias básicas que se deberían adquirir:
Conciencia de sí mismo: Las habilidades para comprender las propias emociones, pensamientos y valores y cómo influyen en el comportamiento en todos los contextos.
Autogestión: Las habilidades para manejar las propias emociones, pensamientos y comportamientos de manera efectiva en diferentes situaciones y para lograr metas y aspiraciones.
Conciencia social: Las habilidades para comprender las perspectivas y empatizar con los demás, incluidos aquellos de diversos orígenes, culturas y contextos. Esto incluye la capacidad de sentir compasión por los demás, comprender normas históricas y sociales más amplias para el comportamiento en diferentes entornos y reconocer los recursos y apoyos de la familia, la escuela y la comunidad.
Las habilidades para establecer y mantener relaciones saludables y de apoyo y para navegar de manera efectiva en entornos con diversos individuos y grupos. Las habilidades para tomar decisiones afectuosas y constructivas sobre el comportamiento personal y las interacciones sociales en diversas situaciones. Esto incluye las capacidades para considerar estándares éticos y preocupaciones de seguridad, y para evaluar los beneficios y consecuencias de diversas acciones para el bienestar personal, social y colectivo.
Comprender la intersección entre el autismo, la inteligencia emocional y la empatía es esencial para derribar mitos perjudiciales y promover una sociedad que valore y apoye la neurodiversidad.
Un objetivo firme: mejorar la calidad de vida de las personas con TEA
El jueves 29 de mayo, la Asociación de Padres de Autistas Corrientes cumple 21 años de actividad en la provincia.
Es una ONG que trabaja en la difusión para concientizar a la sociedad, «nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y favorecer la inclusión».
La sede se ubica en Junín 704 y es una de las referentes en la provincia y en la región en asesoramiento. Brinda orientación a las familias, en el diagnóstico y tratamiento en autismo.
Las personas interesadas en conocer más, pueden ingresar a sus redes sociales, en Facebook: Apadeacorrientes o en Instagram: @apadeacorrientesok.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el trastorno del espectro del autista -también denominado como TEA- se trata de la presencia de una o diversas deficiencias relacionadas con el desarrollo del cerebro que se mantienen a lo largo de la vida de una persona. Las primeras manifestaciones pueden ser detectadas durante la infancia, pero existen casos que obtienen su diagnóstico en la adultez.