Durante la presentación del dispositivo de seguridad, tránsito y sanidad de la 37ª Peregrinación de los Trabajadores y sus familias a San Cayetano, monseñor Andrés Stanovnik anunció que dará la bendición de inicio y caminará hasta el templo, reeditando lo que considera parte de la identidad del pueblo correntino, «el peregrinar».
También destacó la «convergencia de esfuerzos» que asegura «un camino cuidado a lo largo de toda la peregrinación», lo cual consideró «una señal muy fuerte para nuestra convivencia social».
«Basta con que pongamos esta experiencia de convergencia de esfuerzos en vistas a la peregrinación, en el caos social y político que estamos viviendo en vistas de las próximas elecciones», destacó.
PONERSE
EN CAMINO
Sobre el signo de fe que implica peregrinar, monseñor Stanovnik explicó: «Es propio de la condición humana peregrinar, es decir, ponerse en camino». Lo que significa «dejar el lugar seguro y aventurarse a horizontes nuevos», lo que «es muy propio del ser humano en todas las culturas».
Desde la perspectiva de la religión judeo-cristiana, expresó: «Sabemos que el primer registro histórico que tenemos es el de Abraham. Cuando Dios llama a esta tribu presidida por Abraham y este hombre escucha esa frase: ‘Sal de tu tierra a un país que yo te mostraré’, y Abraham parte en peregrinación».
Sobre esto, remarcó que «cuando uno tiene una experiencia de peregrino y, respondiendo a esa voz interior que es la voz de Dios, nos permite en ese tiempo -en este caso, en esas tres o cuatro horas que peregrinamos-, pensar nuestra vida. Es decir, hacia dónde caminamos en lo ordinario de la vida, cuáles son nuestros valores, por qué nos movemos, qué hay en lo más hondo de nuestros corazones».
LA META
Para monseñor Stanovnik esta expresión de la condición humana de peregrinar en la fe, «nos permite poner las cosas importantes en su lugar».
«Es como un período, si bien es breve, no por eso menos intenso, de renovar nuestra fe en Dios y darnos cuenta, en definitiva, que Él es lo más importante», sostuvo.
Aclaró que si bien «vamos a honrar al Santo, pedirle y agradecerle, lo cual está muy bien; lo más importante es que San Cayetano nos indica que la meta no es él, la meta es Dios».
«Ese Dios que San Cayetano tiene en sus brazos, no es un Dios lejano, desconocido, es un Dios que se posó en nuestras manos. Se acercó de tal manera, que se dejó abrazar y nos llama para que nosotros también experimentemos el abrazo de Él», manifestó.
«El peregrino cuando parte, en este caso concreto desde la rotonda de la Virgen, sabe hacia dónde va. ¿Por qué? Porque parte desde una experiencia de fe. El peregrino cuando peregrina se sabe amado por Dios; y sabe, cuando se pone en camino, que no va a ser abandonado por él, que lo acompaña. Y eso se traslada a la vida de todos los días», reflexionó.
IDENTIDAD
Monseñor Stanovnik remarcó que es «una gracia muy grande aquí en Corrientes teniendo en cuenta la peregrinación a San Cayetano, esta condición de peregrinos que marca la identidad del correntino».
Afirmó que el correntino es peregrino y «lo expresa en las procesiones patronales con un entusiasmo extraordinario, lo expresa yendo a Itatí, a Santa Ana y ahora a San Cayetano. Eso significa que cultural y espiritualmente tenemos una fuerza interior muy grande, porque sabemos a dónde vamos, aun cuando después nos peleemos un poco y nos desencontremos, tenemos muy arraigada la meta».
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