El hombre acusado de zoofilia en Goya, tras violar a una perra, fue puesto en libertad, aunque quedó supeditado a la causa y con una orden de restricción que le prohíbe acercarse tanto a la familia denunciante como al animal agredido, una perra llamada Zulaica, a la cual la Justicia consideró «persona no humana» (Ministerio Público Fiscal dixit, en referencia a un ser vivo no humano). La decisión generó malestar en la comunidad, que esperaba que el imputado continuara detenido.
El fiscal de Investigación Rural y Ambiental de Goya, José Omar Caseré, fue quien solicitó al juez de Garantías, Lucio López Lecube, la medida de prohibición de acercamiento para el acusado, M.D.R., vecino del barrio nuevo Devoto. El fiscal basó su pedido en el «peligro de obstaculización de la investigación», y en el temor expresado por la propietaria del animal.
La mujer manifestó en entrevista con la fiscalía su «estado de angustia, miedo por ella, su familia y por su perra Zulaica, que fuera víctima de actos de crueldad». La denunciante también refirió que el imputado presenta un alto grado de agresividad e incluso habría intentado incendiar viviendas de vecinos en otras oportunidades, lo que la llevó a presumir como «altamente probable que la vuelva a hostigar, agredir y/o amenazar».
En un hecho destacado, el fiscal Caseré solicitó que la orden de restricción se hiciera extensiva a «la persona no humana de nombre ‘Zulaica'». Argumentó que la perra fue «víctima de actos de crueldad (…), que presupone siempre el despliegue de una forma de violencia que recae sobre el cuerpo del animal, produciendo graves consecuencias, inclusive la muerte». El objetivo, remarcó el fiscal, es «evitar toda exposición a la violencia durante el proceso».
Atendiendo a estos argumentos, el juez López Lecube concedió la medida minutos antes de las 11 de este martes. La resolución judicial establece la «prohibición de acercamiento a una distancia no menor a los 20 metros, respecto de la denunciante (…), su familia y su animal no humano de nombre ‘Zulaica’, y de su domicilio, y/o de los lugares que la misma frecuenta». Además, se le prohíbe al acusado «tener contacto de ningún tipo, por sí o por interpósita persona, por el término de 180 días».
A pesar de estas medidas, la liberación del acusado ha causado indignación entre los vecinos de Goya, quienes esperaban una resolución más severa y temen por la seguridad de la denunciante y su mascota. La calificación de Zulaica como «persona no humana» por parte de la fiscalía sienta un precedente en la consideración jurídica de los animales en casos de maltrato.