Una nueva familia de monos carayá fue liberada en su hábitat natural tras completar un proceso de rehabilitación en el Centro Aguará. La misma está conformada por Nena, Facena, Bizcochito y Lisa.


Las historias de Nena y Facena, ambas monas fueron alimentadas por personas, lo que les hizo perder el miedo natural. En un incidente, Nena sufrió una grave herida en su mandíbula a manos de un vecino mientras buscaba comida en una vivienda particular. Por su parte, Facena fue separada de su familia y sufrió una “impronta” después de ser alimentada por docentes y alumnos de la Universidad Nacional del Nordeste.
“Estos casos nos recuerdan que alimentar a la fauna silvestre puede tener consecuencias negativas para su bienestar, exponiéndolos a ataques de perros, atropellamientos, maltrato y principalmente una mala alimentación”, señalaron desde Aguará.
A lo que agregaron: “Después de cumplir con las altas clínicas veterinarias y comportamentales correspondientes, la «Tropa Angirú» volvió a su hábitat natural”, y que “la rehabilitación fue posible gracias al trabajo conjunto de los equipos técnicos y voluntarios del Centro Aguará, quienes se esforzaron por devolver a estos animales su libertad”.

