Buenos Aires suele asociarse con edificios, tránsito y ruido constante. Pero entre tanto cemento aparecen parques, reservas y espacios verdes que funcionan como pulmones para la ciudad. Si estás pensando en visitarla y querés desconectar un rato del ritmo urbano, te invitamos a descubrir estos refugios naturales.
Reserva Ecológica Costanera Sur, naturaleza al lado del río
Las 350 hectáreas de la Reserva Ecológica Costanera Sur convierten a este espacio verde en el más grande de Buenos Aires. Está ubicada en Puerto Madero, sobre la orilla del Río de la Plata y alberga más de 600 especies animales entre aves, mamíferos, anfibios y reptiles. Los bosques de alisos, los pastizales de cortaderas y las lagunas que se formaron naturalmente crean un ecosistema único en plena ciudad.
La historia sobre su origen es bastante curiosa, en los años 70 se empezó a tirar escombros de demoliciones para rellenar esta zona del río, con la idea de construir un «Centro Administrativo de la Ciudad». El proyecto fue abandonado en 1984 y la naturaleza fue haciendo su trabajo. Las plantas crecieron espontáneamente, los animales llegaron, y lo que iba a ser un barrio administrativo terminó convirtiéndose en una reserva natural. En 1986 fue declarada Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica por votación unánime en el Concejo Deliberante.
En 2005 recibió la designación de Sitio Ramsar por su importancia como humedal a nivel internacional, convirtiéndose en uno de los pocos humedales urbanos reconocidos de la región. De lo que no hay dudas es que los miradores sobre las lagunas son el lugar ideal para sentarse a tomar mate o simplemente mirar cómo el atardecer tiñe el río. Si te interesa conocer esta reserva pero no vivis en la capital, conseguir pasajes a Buenos Aires es el primer paso para comenzar a planificar tu estadía. Haga click aquí para más información.
Bosques de Palermo, clásico porteño
El Parque Tres de Febrero, nombre oficial de lo que popularmente se conoce como Bosques de Palermo, es otro de los espacios verdes emblemáticos de la capital. Dentro de este espacio se encuentra el Rosedal con sus más de 18.000 rosales que florecen según la temporada, un lago ideal para remar en botes de remo o a pedal, y senderos que invitan a caminar, correr o pasear en bicicleta.
Los fines de semana se llena de familias, runners, y gente tirándose al pasto a leer o dormir siesta. El Jardín Japonés queda cerca, con sus puentes característicos, carpas koi nadando en el estanque y esa tranquilidad zen que contrasta con el caos de las avenidas cercanas.
Jardín Botánico Carlos Thays, refugio en Palermo
Inaugurado en septiembre de 1898, el Jardín Botánico es otro importante espacio de Buenos Aires que alberga cerca de 1580 especies vegetales y una variedad importante de fauna, especialmente aves. Fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1996 y en 2023 lo reconocieron como el primer «refugio climático» de la ciudad por la Agencia de Protección Ambiental.
Carlos Thays, el paisajista francés que lo diseñó, fue Director de Parques y Paseos entre 1891 y 1913. Su trabajo dejó huella en varios espacios verdes porteños: Parque Centenario, Parque Chacabuco, Barrancas de Belgrano, Plaza de Mayo, entre otros. El Botánico tiene cinco invernaderos, dos bibliotecas, senderos para recorrer tranquilo y más de treinta obras de arte distribuidas por todo el predio.
Parque Centenario, el centro geográfico de la ciudad
El Parque Centenario fue bautizado así en 1909 para conmemorar los cien años de la Revolución de Mayo. Está ubicado en el centro geográfico de Buenos Aires y tiene un lago con patos y peces, un anfiteatro donde se hacen espectáculos en verano, y una antigua arboleda que da buena sombra.
También fue diseñado por Carlos Thays, como tantos otros parques de la ciudad. Los fines de semana se arma feria de artesanos, músicos tocan en vivo, y el parque respira con ese aire de barrio que caracteriza a Caballito. Por suerte, los domingos funciona una feria de filatelia y numismática en una de las entradas principales, manteniendo viva una tradición que viene de décadas.
Buenos Aires verde existe, aunque haya que buscarlo entre edificios y avenidas. Cada barrio tiene su plaza, su parque, su rincón donde la vegetación gana terreno al cemento aunque sea por unas cuadras.

