Esta legislación no solo asegura la supervivencia, sino que también establece un precedente histórico para la protección de los anfibios en el país. Es totalmente inofensivo, tiene un tamaño pequeño y colores atractivos y por esa razón, a veces la gente se tienta a tenerlo de mascota, ahora se lo puede proteger del tráfico ilegal de fauna silvestre.
En un suceso que marca un hito en la conservación de la biodiversidad en Argentina, el sapito correntino o sapito de colores (Melanophryniscus cupreuscapularis) ha sido declarado Monumento Natural Provincial en Corrientes. Esta legislación no solo asegura la supervivencia de una especie única, sino que también establece un precedente histórico para la protección de los anfibios en el país.
En diálogo con EL LIBERTADOR, Maira Leiva, voluntaria de la Fundación Protección Ñacaniná, explicó por qué es tan importante este reconocimiento en la última sesión de Legislatura.
«El sapito de colores es un verdadero tesoro biológico: es una especie endémica que solo habita en el triángulo Noroeste de la provincia de Corrientes, particularmente en zonas como Santa Ana y El Perichón. Su existencia está íntimamente ligada a hábitats específicos de quebracho colorado, urunday, pastizales y cuerpos de agua», sostuvo.
La urgencia de esta medida radicaba en su delicado estado de conservación. A nivel nacional está categorizado como Vulnerable y a nivel global, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn), como casi amenazado. Con un tamaño diminuto (alrededor de 28 milímetros) y una baja tasa de reproducción, este anfibio estaba gravemente expuesto a la pérdida de su ya reducido hábitat y al tráfico ilegal de fauna silvestre, incentivado por sus atractivos colores.

HISTÓRICO
La declaración de Monumento Natural Provincial es importante para Corrientes por dos razones fundamentales:
El primer anfibio en la lista: históricamente, este estatus de máxima protección se había otorgado únicamente a mamíferos o aves. El sapito correntino se convierte así en el primer anfibio en alcanzar esta categoría en la provincia, abriendo la puerta a futuras protecciones para otros invertebrados y especies menos carismáticas.
Protección integral: la ley no solo protege al pequeño anfibio, sino que también ampara legalmente su hábitat crucial. Esto garantiza la conservación del ecosistema en su conjunto, beneficiando indirectamente a todas las otras especies que conviven con el sapito en el mismo ambiente.

Este logro es el resultado de un arduo trabajo de aproximadamente cuatro años impulsado por la Fundación Protección Ñacaniná, la primera fundación en Argentina dedicada específicamente a la protección de anfibios y reptiles. Para la fundación, esta ley es su primera victoria legislativa y un paso crucial en su misión de concientización y conservación.
LEGISLACIÓN
La nueva legislación ofrece una herramienta poderosa para combatir las amenazas que pesan sobre el sapito correntino, especialmente el comercio ilegal, al tipificar de manera más estricta su protección.
Esta declaración es un mensaje claro de la Provincia de Corrientes sobre el valor incalculable de su biodiversidad. Al proteger a una especie tan pequeña, la Provincia sienta un precedente de gran impacto, demostrando que la conservación efectiva comienza con la protección de los elementos más vulnerables y únicos de su patrimonio natural.
«Es esencial para comprender la salud de los bosques de urunday y quebracho colorado»
La iniciativa nació del trabajo de Nora Celeste Frank, estudiante de Biología y guardaparque de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne), quien dialogó con Radionord y contó cómo un proyecto de la Fundación Ñacaniná terminó convirtiéndose en ley.
«Impulsamos este proyecto junto a mi equipo de la Fundación Ñacaniná, la primera fundación del país dedicada exclusivamente a la conservación y estudio de reptiles y anfibios», explicó en diálogo con una radio local.
Además Frank destacó la inestimable colaboración de Oscar Gallo, fotógrafo, quien fue artífice de la idea de buscar la ley de protección y así mismo colaboró en el desarrollo de la misma.
La estudiante destacó que la urgencia de la ley se debe a la situación crítica de la especie. «El sapito de colores es un anfibio endémico del triángulo del Noroeste correntino», advirtió.
Frank destacó que este anfibio es esencial para comprender la salud de los bosques de urunday y quebracho colorado, dos de los ecosistemas más valiosos de Corrientes.

