Pedro Francisco Manuel Sá, el futbolista más ganador de la historia de la Copa Libertadores, nació en Paraje El Paraíso, en el departamento formoseño de Las Lomitas. El 25 de Octubre de 1945.
El último sábado cumplió 80 jóvenes años, para todos «Pancho», es más correntino que formoseño. Cuando tenía un año y medio su familia se mudó a Goya, porque su hermana tenía que estudiar.
Ya de chico jugaba como defensor. Cuando estaba en sexto grado de la primaria pasaba los recreos jugando contra los chicos que estaban en quinto. Siempre le tocaba marcar a un niño que jugaba de delantero.
Una tarde, en uno de esos recreos el chico le propuso ir a jugar a Central Goya. El pequeño Francisco le dijo que no conocía a nadie. El chico le dijo que él jugaba ahí y que podía hacerlo entrar. Sá aceptó y fue a jugar a Central Goya.
En Central pasó rápidamente a entrenar con la primera. Estuvo en la cuarta y en la quinta división y a los quince años debutó en el primer equipo. Cuando terminó la secundaria ya estaba fijo en primera división.

En Goya, Central disputó un cuadrangular con otros equipos correntinos: Mandiyú, Matienzo y Huracán Corrientes. Le echaron el ojo de Huracán. En esos años se decidió a estudiar derecho en la UNNE.
Su talento como defensor lo ayudó a no tener que buscar trabajo y dedicarse al estudio y al fútbol. Un amigo llamado “Coquito” Rojas le propuso fichar para Sportivo Corrientes. Tenía todo arreglado, le darían una pensión y viáticos. Pero el presidente de Huracán Corrientes («Pocho» Romero Feris), que lo había visto en el cuadrangular citado, fue a Goya a hablar, primero con él y después con los dirigentes de Central, finalmente Huracán compro el pase.
En Corrientes, además de ser defensor titular de Huracán y de estudiar derecho, Pancho Sá había fundado «Los Cambá», un conjunto folklórico vocal. Llegaron a Cosquín representando a la Provincia en la categoría de Grupo Vocal, y ganaron el premio en el festival más importante del país en 1968.
Ese año con Huracán juega la final del Regional y pierde ante Belgrano de Córdoba. Lo vieron de River Plate y lo llevaron. Estuvo dos años en Nuñez y luego dio el gran salto al equipó que era hincha: Independiente, fue a prueba estaba esperando cumplir su sueño y el de su familia, jugar en Independiente y, al mismo tiempo, estaba por nacer su primer hijo.
Una noche, antes de viajar a Mar del Plata para un amistoso, nació su hijo. Lo conoció y luego se fue con el plantel «rojo» rumbo a la costa. Cuando el técnico Vladislao Cap se enteró del nacimiento le dijo que “los hijos vienen con un pan abajo del brazo”.
Sá pasaría la prueba. Jugaría más de doscientos partidos con la camiseta de Independiente.
EL INICIO DE LA LEYENDA
El 16 de febrero de 1972 en el estadio de Rosario Central, Pancho jugó su primer partido por Copa Libertadores y logró campeonar en las ediciones 72′, 73′, 74′ y 75′. Y la Intercontinental del 73′.
A fines del ’75 Independiente lo deja libre y aparece en escena Juan Carlos Lorenzo, director técnico de Boca. El «xeneize», estaba obsesionado por ganar la Copa Libertadores.
Eran las nueve de la noche de aquel diciembre y Pancho Sá en su casa, sonó el teléfono.
-¡Hola Sá! -la voz, con una tonada impregnada de acento italiano, era la del «Toto» Lorenzo.
-¿Cómo está, Lorenzo?, contestó Sá.
-Escucheme, vaya mañana a hablar con el presidente. Digalé que va de parte mía, él ya sabe.
Al día siguiente, un lunes, Pancho Sá siguió la orden de Lorenzo. Fue hasta la concesionaria que tenía Alberto J Armando, presidente de Boca que lo recibió en su despacho.
Sá y su familia querían quedarse en Argentina, pero el sueldo que le ofrecía Boca era mucho menor al de Independiente de Medellín.
-Usted piénselo- le dijo Armando y antes de despedirse le sugirió -Venga hoy a las cinco de la tarde y me contesta.
Después de pensarlo se suma a Boca, para entrar a la Libertadores, Boca debía ganar el Campeonato Metropolitano o el Campeonato Nacional. Fue campeón en ambos torneos. Y así se clasifica a la Libertadores del 77′ donde Boca se consagra campeón por primera vez, tras ganarle por penales al Cruzeiro. Al año siguiente vuelve a repetir el título tras superar en la final al Deportivo Cali de Carlos Bilardo. Y la última final jugada fue ante Olimpia en 1979, que tras empatar en la Bombonera 0 a 0 (en el ida los paraguayos ganaron 2 a 0). Jugó en Boca hasta 1981 dónde sale campeón junto a Maradona.

En 1982 pasa a Gimnasia y Esgrima de Jujuy, donde se retira del fútbol ese mismo año.
En total ganó 4 torneos de AFA, 6 Copas Libertadores, 2 Interamericanas y 2 Intercontinentales.
Pancho recordó que en aquellos años el «Gordo» José María Muñoz (relator deportivo número 1 de Argentina) decía todo el tiempo «el correntino Pancho Sá», y dijo «no iba a andar discutiéndole, y quedó. Además, yo estudié y me crie en Goya, me siento correntino».
A lo largo de los años el otrora defensor central tuvo que elegir entre el fútbol y la música, «nosotros ganamos en el Festival de Cosquín, en 1968, con el grupo Cambá, en la categoría conjunto vocal. Vine a Buenos Aires y actuábamos en las peñas, en la tele, teníamos un buen conjunto, hasta que arranca el Regional con Huracán y José María Silvero, el defensor correntino que ganó varios títulos en Boca, me hacía un doble turno para ponerme bien. En un momento, José me invitó a tomar un café y me dijo: «Te veo bien, quiero decirte que tenés condiciones para irte a Buenos Aires y jugar en el fútbol profesional» y siguió: «pero el fútbol y el canto, uno a la noche y otro de día, no se complementan. Entonces, deberías elegir, y mi consejo es que te decidas por el fútbol».
Hoy trabajando como reclutador de jugadores para Independiente dice que lo esencial para un marcador central, «es tener buen quite. Hoy se prioriza que juegue bien la pelota; en mi época había que tener buen quite, velocidad, buen cabezazo, anticipo y cruzar bien.
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