Desde la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) expusieron un informe acerca del estado del puente interprovincial y la necesidad de medidas paliativas ante el crecimiento de transitabilidad.
«Nuestro puente Chaco-Corrientes está perfecto en lo estructural», resaltó el ingeniero Rolando Biain, docente de la Facultad de Ingeniería de la Unne, e indicó que el problema es la capacidad vehicular colapsada, que genera demoras en el cruce, riesgos de siniestros y una creciente congestión a lo largo del corredor Belgrano en la ciudad de Corrientes. Expuso algunas medidas paliativas viables para agilizar el tráfico actual.
El ingeniero Rolando Horacio Biain es director del Departamento de Vías de Comunicación de la Facultad de Ingeniería de la Unne y docente a cargo de la cátedra de Vialidad Especial.
Su área de experticia es el estudio del tráfico, y hace más de 30 años, desde la docencia, la investigación y el ejercicio de la profesión trabaja en relación con el puente General Manuel Belgrano que une las provincias de Corrientes y el Chaco.
«Desde el año 1992 estoy caminando el puente, junto a colegas de la Facultad, de Vialidad Nacional y otras áreas, y puedo decir con total seguridad que estructuralmente está perfecto».
En diálogo con Unne Medios expuso la importancia de no dar asidero a versiones que, de manera reciente y tras un siniestro vial de grandes dimensiones y desenlace fatal, ponen el foco en el deterioro del estado del puente por sus más de 50 años de funcionamiento.
«Por un siniestro vial se cambió el eje del interés, y se empezó a hablar de problemas estructurales, cuando justamente la principal problemática es la saturación del tránsito», señaló.
En esa línea, indicó que «el puente no colapsará, pues desde el punto de vista técnico, está diseñado, estructurado y planificado para soportar la carga actual y aún mayor», y recordó que su padre, que trabajó en la construcción del viaducto, le decía que «tiene una fundación que soporta dos puentes», por lo que soporta normalmente el peso de carga actual de tráfico.
Destacó el esfuerzo de las tareas de mantenimiento y conservación que realiza Vialidad Nacional y que debe llevar tranquilidad a la población.
Comentó que, en el futuro, por el segundo puente debería concentrarse el tránsito pesado, lo cual solucionaría en gran medida el colapso vial del actual puente y también el problema indirecto que se causa de congestión en la ciudad de Corrientes.
Sobre esto último, el ingeniero Biain consideró importante exponer que además de la excesiva demora para cruzar el paso interprovincial, la saturación vial del puente tiene otra consecuencia de gran relevancia y cada vez más preocupante del lado de la ciudad de Corrientes que es la congestión que se genera en gran parte del corredor vial Belgrano (principalmente en la avenida 3 de Abril y Ferré) «dejando en horas pico dividida en dos la ciudad».
«Atender el problema del puente es también solucionar un problema de tráfico en parte de la ciudad de Corrientes», consideró.
Segundo canal: la solución necesaria
El docente de la Unne insistió en que el segundo puente «es la solución más necesaria» para resolver el colapso vial del actual puente, aunque también se pueden tomar algunas medidas paliativas que ayudarían a mejorar la fluidez y seguridad en la actualidad.
Una de las acciones viables sería implementar propuestas para persuadir la circulación, en especial del transporte de cargas, en horas picos de 7 a 8.30, de 12 a 13.30 y desde las 18.30 a 20.
Eso podría implicar una tarifa de peaje más cara en horas pico, pero complementada con medidas en favor del transporte de cargas, como ser la disposición de espacios adecuados, con servicios, en los que los camioneros puedan aguardar para llegar al puente fuera de las horas pico. «El tránsito pesado no es el enemigo, pero si podemos incentivarlo para circular en horas de menor tráfico», señaló Biain.
Además, se podrían disponer de domos de cámaras de filmación cada 500 metros del puente e inmediaciones, que posibiliten un riguroso control de la velocidad máxima y el sobrepaso, a fin de evitar los siniestros viales que cuando ocurren potencian la congestión vial.

